«Aquí me tenéis para seguir ayudando en lo que necesitéis». A sus 91 años, María Zaragoza Lloret, doña María, sigue con las mismas ganas que aquella mujer que hace más de medio siglo levantó en lo que hasta entonces eran bancales de almendros y olivos los cimientos del hotel Voramar, uno de los primeros establecimientos turísticos de Benidorm. Las mismas que aquella mujer que nunca tuvo, nunca tiene, un «no» para apoyar a cualquier causa social o a cualquier persona que llamara a su puerta. Ayer, el Ayuntamiento de Benidorm y el Consejo Vecinal le entregaron el premio Vecina Ejemplar 2018. Y de esta forma la ciudad le devolvió un poco de lo mucho que ella ha hecho por su amado Benidorm. «Ayudar nunca ha sido para mí una carga, sino un placer», dijo feliz.

Nacida a finales de los años 20, cuando nada hacía prever que Benidorm llegaría a ser algún día lo que hoy es, se crió en una familia de hombres del mar. Estudió magisterio y ejerció durante un tiempo de maestra. Además de ser promotora de uno de los primeros negocios turísticos del municipio en compañía de su esposo, Juan Llinares, María Zaragoza también fue impulsora de muchas otras organizaciones, como la agrupación local de Cruz Roja, el grupo scout Horizontes o Cáritas. También ha sido un miembro destacado de organizaciones como la Asociación Española contra el Cáncer, La Barqueta, la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo -cuya presidenta, Pepita Orozco, presentó su candidatura a Vecina Ejemplar- o de las Camareras de la Virgen del Sufragio, así como una gran colaboradora de las Fiestas Mayores Patronales de la ciudad. Pero sus méritos no se quedan ahí.

En 1979 fue una de las dos primeras mujeres que obtuvo un acta de concejal en el Ayuntamiento de Benidorm, bajo las siglas de Alianza Popular. Fue edil dos legislaturas seguidas, un hecho que, en aquellos tiempo, todavía era algo insólito al tratarse de una mujer.

Ayer, tras recoger el galardón ante todo un auditorio puesto en pie, Doña María reconoció sentirse «sumamente agradecida y emocionada». «En los últimos años de mi vida, intento seguir siendo una vecina ejemplar y me porto bien con todos», manifestó antes de reconocer que colaborar ha sido siempre para ella un impulso de vida: «Me encanta colaborar con todos aquellos que puedo. Lo he hecho toda mi vida y así seguiré mientras pueda».

Por su parte, el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, afirmó que, aunque no se le hubiera reconocido públicamente hasta ayer, «María Zaragoza lleva muchísimo tiempo siendo ejemplar». Para el primer edil, «es muy difícil mantener tantas y tantas variantes de prestación, de entrega, como las que tiene María, una mujer de profundas convicciones, valiente, comprometida y pionera de muchas iniciativas en nuestra ciudad». «Tú marcas el camino de lo que muchos aspiramos algún día a hacer», agregó Pérez.

Unas palabras de su único nieto, Jaime Llinares Llorens, pusieron una de las notas más emotivas al acto. A lo que para María Zaragoza fue «un día de fiesta» en su vida.