La Guardia Civil investiga como crimen machista la muerte a tiros de una mujer de 33 años y un hombre de 40 años cuyos cuerpos fueron descubiertos ayer en una vivienda de Finestrat. El hallazgo se produjo tras recibir una llamada de alerta de una persona que se identificó como la actual pareja de María Blázquez, la mujer asesinada. El otro fallecido, Pedro Llinares, fue pareja de María y todos los indicios apuntan a que pudo matarla de un disparo en el cuello con una escopeta y a continuación se quitó la vida con el mismo arma pegándose un tiro en la cabeza.

No obstante, la Benemérita no descarta otras hipótesis, entre ellas la posible participación de una tercera persona. Por eso, ayer tarde tomó declaración a la persona que alertó de la desaparición y que se identificó como actual pareja sentimental de la víctima, para tratar de aclarar las circunstancias que rodean la muerte de María y Pedro.

La mujer asesinada, que había trabajado de camarera en varios bares y restaurantes del pueblo, figuraba incluida en el sistema VioGen de valoración del riesgo para las víctimas de violencia de género por dos casos de maltrato que ya no estaban en vigor. Uno de ellos fue con la persona que dio ayer la voz de alarma, según apuntaron a Efe fuentes de la investigación.

Los cadáveres fueron descubiertos a última hora de la mañana por la Guardia Civil en una vivienda de la familia del hombre fallecido, situada en la partida rural de Alquería, ubicada a poco más de un kilómetro del núcleo urbano de Finestrat. Una patrulla de la Benemérita acudió al lugar después de que hubiera llamado una persona que dijo ser el actual compañero sentimental de María. Decía estar preocupado por ella porque había desaparecido. No tenía noticias suyas y no había acudido a su trabajo, por lo que temía que pudiese haberle ocurrido algo malo.

Los agentes vieron los cadáveres a través de una de las ventanas y dieron aviso del hallazgo, por lo que en poco tiempo se personaron más efectivos y la comisión judicial.

Agentes de la Policía Judicial de La Vila Joiosa y del Laboratorio de Criminalística de la Comandancia de Alicante inspeccionaron la vivienda y examinaron los cuerpos de las víctimas. Ella presentaba disparos en el cuello y en la espalda y él, en la cabeza. Pedro, que actualmente trabajaba en una empresa de la construcción, tenía debajo de su cuerpo la escopeta, de ahí que la principal hipótesis que baraja la Guardia Civil es que se quitara la vida tras matar a María.

Los cadáveres fueron trasladados a media tarde al Instituto de Medicina Legal en Alicante, donde hoy está previsto que se les practique la autopsia.

Aunque fuentes de la Guardia Civil aseguran que el hombre fallecido fue expareja de la mujer asesinada, otras fuentes indicaron que no tuvieron una relación sentimental estable. De hecho, él seguía residiendo con sus tíos en una casa del pueblo, debido a que se quedó sin padres muy joven.

Los vecinos oyeron disparos

Varios vecinos de viviendas cercanas a la casa donde se produjo el supuesto crimen y posterior suicidio afirmaron ayer haber oído el ruido de tres o cuatro detonaciones, que inicialmente no identificaron como disparos.

Los hechos podrían haber tenido lugar entre las 11 y las 11.30 de la mañana, dado que a primera hora Pedro fue visto por algunos ciudadanos en el centro del pueblo. Horas más tarde se produjo la llamada a la Guardia Civil alertando de la supuesta desaparición de María, una llamada que finalmente permitió descubrir el que se considera por los investigadores un nuevo crimen machista.