Horas antes del regreso de la mítica banda gallega, el Ayuntamiento de Benidorm acogió la presentación de «Escenas olvidadas. La historia oral de Golpes Bajos» del periodista Xavier Valiño, con el alcalde Toni Pérez de anfitrión y la presencia de los músicos Teo Cardalda y Luis García. El libro, con prólogo de Iván Ferreiro, cuenta la breve vida del cuarteto (1982-85) a través de los testimonios de sus miembros, recogidos en entrevistas realizadas en los últimos dos años. Para la voz de Germán Coppini el autor ha buceado en todos los recortes de prensa, fanzines, radio y televisión habidos y por haber, para intentar ser fiel al pensamiento del músico vigués, fallecido en 2013.

«Soy un notario y me entrometo lo mínimo, aquí no están mis opiniones. Es la historia de ellos contada por ellos», explica este lucense que siendo adolescente vibraba cada vez que escuchaba a los de Vigo, mientras firma libros (Efe Eme, 248 pps. 21 euros) en Visit Benidorm.

El relato se remonta a los años de Coco y los del 1500, el primer grupo punk de Germán, también repasa los proyectos posteriores a la disolución, y abunda por varios flancos en los difusos motivos de la separación del grupo: Noboa, Cardalda, García y la gente que trabajó con ellos hablan de las razones del divorcio. Valiño dice que su trabajo no se mantiene en brumas galaicas pues despeja leyendas y da una explicación del final de un grupo que grabó su magnífico primer disco en un fin de semana y un mes después aparecía en La Edad de Oro, y que está de plena actualidad, con disco de Iván Ferreiro («Cena recalentada»), reunión especial de amigos anoche en el Iberia, este libro y una referencia para muchos grupos de las últimas hornadas.

El de Valiño es un trabajo necesario, una memoria periodística de un momento glorioso del pop español, de un autor que se mete en la cabeza de un Coppini poliédrico a lo largo de las décadas para «tener su visión hasta casi el día de su muerte», añade. Tal vez ahora sea el momento del libro, reconoce Cardalda: «La clave está en poder ver las cosas con cierta madurez, no se podría haber escrito dos años después de nuestra separación traumática, siendo veinteañeros?». «He recordado cosas que sentí, viví, disfruté y sufrí de aquella época», apostilla Luis García.