Los bailes del bando Moro y Cristiano son uno de los actos más llamativos y especiales de las fiestas de Callosa d'en Sarrià. Esta mañana ha tenido lugar el de la media luna en la plaza del Convent en el que se ha celebrado el tradicional concurso.

Este acto es uno de los más característicos de las fiestas callosinas y la que las diferencia de otros municipios. Con él se rinde homenaje a los capitanes del bando sarraceno y tiene su origen en 1860. De hecho, el Ayuntamiento y la Asociación de Moros y Cristianos están a la espera de que la Conselleria de Cultura tramite la declaración de Bien de Relevancia Local a estos actos.

Mañana, también a las 12.30 horas en el mismo lugar tendrá lugar el Baile Cristiano.

Ya por la tarde, el municipio celebró el tradicional Tiroteo, la gran batalla entre el bando moro y el cristiano, quienes pelearon por el control de la villa que finalmente cayó en manos sarracenas después de la pelea. La tarde comenzó con el sonido de los arcabuces y las huestes del capitán moro, acampadas en el carrer la Font, atacando la villa y obligaron a los cristianos, acampados en la plaza Mare Amalia, a retirarse al castillo situado en la plaza de España.

Allí, y antes de la Embajada Mora, se hizo la tradicional súplica que este año incluía una novedad: recitarla mirando a la Meca en lugar de a la bandera que todos los años ondea en el balcón. Después, en la fortaleza, con una plaza abarrotada de festeros, el embajador de la media luna, Juan Pedro Galiana, pidió a los cristianos que abandonaran el castillo. El bando de la cruz se negó y así lo trasladó a sus enemigos. Tras una batalla dialéctica, habrá guerra: «¡Que la Virgen de las Injurias nos asista!».