El municipio de Orxeta lleva tiempo reclamando una solución para acabar con uno de los puntos de tráfico más peligrosos que tiene la localidad, el puente que cruza por encima del río Sella. El ambicioso proyecto contempla el derribo de ese viaducto que ahora mismo es un paso angosto en el que apenas caben dos vehículos. Una demolición que va a obligar a los vecinos a dar un amplio rodeo por Finestrat para poder llegar a la Vila Joiosa.
Y es que, al echar abajo ese puente, se acaba con la única vía de comunicación que une esta localidad de casi 800 habitantes con la capital de la comarca de la Marina Baixa, la CV-770, de donde dependen cuestiones como la Educación o la Sanidad, entre otras. Así que, con ese viaducto en el suelo el tiempo que duren las obras, los residentes de Orxeta o los que quieran llegar a ella tendrán que dar la vuelta por Finestrat, lo que supone el doble de kilómetros cada día y entre 10 y 20 minutos de tiempo.
Así, según explicó el alcalde del municipio, José Vicente Ferriz, entre los más afectados están los estudiantes que tienen que ir al instituto cada día a la ciudad vilera. «Los escolares bajan a la Vila en autobús cada día, pero no sólo de aquí. En el mismo vehículo van de Relleu y Sella, por lo que el corte también les afecta a ellos», explicó. En total dos autobuses llenos, cerca de 100 adolescentes, que tendrán que levantarse más pronto cada mañana porque a su viaje se sumarán entre 15 o 20 minutos ya que, aunque la carretera de Finestrat a la Vila no tiene complicación, no es lo mismo realizarla con un autobús.
Otros de los afectados son los vecinos de la urbanización Bella Orxeta. Esta zona del municipio tiene su acceso justo donde van a cortar la carretera por lo que no podrán acceder al pueblo. «Como alternativa tienen el camino de la Sierra, una vía que hemos arreglado también con una subvención de la Diputación pero que es un camino de velocidad reducida», apuntó el alcalde, pero sí sirve como alternativa para que estos residentes no tengan que dar la vuelta por Finestrat para llegar al centro del pueblo lo que supondría media hora de viaje cuando ahora sólo están a cinco minutos.
El Ayuntamiento de Orxeta presentó alegaciones al proyecto. Aunque reconocen que es «una obra que llevamos mucho tiempo esperando» sí que será un transtorno el tiempo que dure. El plazo de ejecución es de unos tres meses, aunque el alcalde apuntó que «con las fechas que se acercan de puente y fiestas tememos que sea mucho más». Y claro, si el puente se tira abajo, no se podrá abrir la carretera aunque no se trabaje. Con todo, las mismas fuentes indicaron que «pedimos que las obras fueran en verano, sobre todo, por los estudiantes, pero se ha retrasado todo». Y es que las obras estaba previsto que arrancaran este mismo lunes y así se publicó en el BOP del pasado 24 de septiembre para avisar del corte. Sin embargo, la Diputación avisó de que se retrasarían un mes, aunque el Ayuntamiento espera que empiecen antes. De hecho el primer edil tiene previsto acudir esta semana a la Diputación para preguntar por estas cuestiones.
Cambios en el proyecto
Hace más de un año, la Diputación anunciaba este ambicioso proyecto para el que iba a invertir 520.000 euros y el pasado mes de mayo adjudicaba las obras. Como ya publicó este diario, en un primer momento la institución alicantina indicó que no sería necesario cortar el tráfico porque los trabajos se iban a hacer de arriba a abajo. Pero finalmente, según las fuentes consultadas, la dificultad de la obra hace que sea necesario derribar el puente que cruza el río. Con todo, también ha habido una pequeña modificación en el proyecto ya que el Ayuntamiento pidió en sus alegaciones que se ampliara en 0,5 metros la anchura del nuevo viaducto.
