Desde hace dos décadas, la transformación del casco antiguo de La Vila Joiosa es algo constante. Este barrio histórico es uno de los más visitados y sus estrechas calles están entre las más fotografiadas. Pero a pesar de convertirse en un atractivo turístico, los residentes quieren que la esencia de esta zona no se pierda y que no sólo los visitantes vayan en aumento sino también aquellos que eligen el singular centro vilero para vivir o montar sus negocios.

Así que con esa premisa, la Asociación del Casco Antiguo ha lanzado una campaña para recoger firmas para «Omplir de vida la Vila Vella», o lo que es lo mismo, «llenar de vida» este barrio emblemático. Esta iniciativa quiere dar a conocer cuáles son las necesidades de la zona para que no pierda la esencia y la población.

La entidad, según recoge su escrito, lleva 20 años trabajando para «la transformación» del barrio y aseguran que seguirán apostando por el «futuro sostenible» del mismo. Para ello, apelan a que es necesario una serie de «políticas activas» encaminadas a mejorar las condiciones de vida y facilitar la implantación de población, en especial jóvenes, en sus calles.

Así destacan que, hasta ahora, los residentes que han adquirido casas en los últimos años lo han hecho, entre otras cuestiones, por los «latidos del corazón» del barrio donde aún se conservan las tertulias en la calle, los balcones con ropa tendida, las terrazas o el «rasgueo ocasional de alguna guitarra». Además, la asociación destaca el trabajo a aquellos que han sido pioneros en abrir negocios turísticos por «conservar y potenciar el barrio» en años complicados.

Pero ahora quieren más. Por ello, en su propuesta, que se ha lanzado en la página «Change.org» y ya ha sido firmada por medio millar de personas, recogen hasta 16 peticiones que van destinadas, sobre todo, a los grupos políticos que forman el Ayuntamiento y a aquellos que podrían llegar tras las elecciones de 2019.

Incentivos y soluciones

Entre lo que piden están las ayudas a fondo perdido o incentivos fiscales a jóvenes por la compra y rehabilitación de viviendas en el casco antiguo. También para la apertura de comercios y talleres artesanos. Todo ello por medio de una oficina de Promoción del barrio. Aprovechando que se ha acabado con el tráfico rodado en las calles, que se promocionen actividades infantiles; dotar al presupuesto de una partida para las ayudas a la rehabilitación de casas y que también se ponga sobre la mesa presupuesto para acondicionar las viviendas municipales que hay en el casco histórico para su uso como talleres o albergue para peregrinos.

Solicitan inversiones anuales para mobiliario urbano y que se soterren progresivamente todos los cables que llenan las fachadas. Además quieren un plan real de actuaciones para que las obras paralizadas se terminen, la rehabilitación de la plaza del Castell, la reducción del IBI, que los vecinos de la calle Pozo y Costereta no tengan que acarrear con los gastos de las obras de la reparación de la muralla o que se dé uso a las instalaciones del emblemático espacio de la Senyoreta l'Hort, en primera línea de playa. En definitiva, una propuesta que recoge aquello que la asociación lleva demandando durante 20 años en los que el barrio del casco antiguo ha comenzado a «llenarse de vida», pero no la suficiente.