El calor veraniego sigue a la orden del día en Benidorm, pero no solo se nota en la calles sino que se extiende a uno de los edificios municipales más concurridos: el mercado municipal. Y es que el inmueble lleva casi un mes sin tener aire acondicionado, una circunstancia que empieza a desesperar a los vendedores y a los usuarios.

Mientras fuera el calor aprieta, entrar al mercado no es síntoma de sentir alivio ya que prácticamente la temperatura exterior e interior es la misma. De hecho, en el termómetro que uno de los vendedores tiene en su puesto de comida marcaba ayer 28 grados. «Lo normal es estar aquí a 20 o 21 grados», explicó a este diario uno de los comerciantes. Por lo que trabajar con siete u ocho grados más entre maquinaria se nota. «Se hace complicado trabajar pero es lo que toca», afirmó otro de los vendedores. Pero también los usuarios notan la temperatura. En las esperas para el turno se ven abanicos o papeles que sirven para darse un poco de aire. Además, aquellos que suben desde la planta inferior, donde hay una cadena de supermercados, a la del mercado de abastos notan el cambio de temperatura: abajo es como una nevera a comparación de la sensación en la planta de los puestos.

La odisea con la refrigeración del mercado municipal comenzó en el mes de julio. En plena temporada alta varios tenderos se vieron obligados a cerrar sus negocios tras una avería en el sistema de frío, en concreto la rotura de un compresor, que además arruinó el género de varios negocios.

La solución dada en ese momento fue hacer un «bypass» con otro comprensor, lo que permitió que en menos de una semana los puestos pudieran volver a retomar su actividad. Pero ya comenzado agosto, volvió a dar problemas ya que la diferencia de temperatura de uno al otro hacía que se condensara el agua y que cayera en forma de gotas. Así que, según explicó la concejala de Comercio, Ana Pellicer, «hay que buscar el equilibrio entre las temperaturas» para que ese agua no se condense. Es decir, que el aire acondicionado no puede ponerse a funcionar al máximo rendimiento porque afectaría a la refrigeración de los puestos. Así que, con esta situación, solo queda el cambio de maquinaria, algo que aún está sobre la mesa.

Sin plazo

Pero quienes lo sufren son los comerciantes. La presidenta de la Asociación de Comerciantes del Mercado, Isabel Orts, indicó a este diario que el Ayuntamiento «no nos ha dado plazos» de cuándo estará arreglado. Así apuntó que «los aparatos están pendientes de un hilo; si se estropean tendremos otra vez el problema de la falta de refrigeración». De ahí que pidan que la solución llegue lo antes posible; es decir que se adquieran las máquinas. La edil apuntó que el proceso está en marcha y que ya se cuenta «con varios presupuestos» para cambiar las mismas.

Con todo, desde la asociación indicaron que no tener aire acondicionado y tener una temperatura ambiente alta «también nos afecta a las ventas». Y es que hay usuarios que «si la compra no es urgente, no se esperan con el calor que hace».

Con todo, el gobierno municipal quiere iniciar las negociaciones para que los tenderos del mercado asuman los gastos de explotación del recinto, como la limpieza, la electricidad, el mantenimiento o la seguridad, que hasta ahora costea el propio Ayuntamiento. Los vendedores indicaron que «se trata de un edificio municipal» por tanto tendría que ser el Consistorio el que asumiera estas cuestiones. Así, la concejala del área indicó que «se va a trabajar para llegar a la mejor solución consensuada entre todos que arregle los problemas».

Por su parte, el portavoz de Compromís, Josep Bigorra, reiteró ayer la petición al gobierno de que «solucione lo antes posible» el problema y que «es lamentable que se haya vivido esta situación durante todo el verano».