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Sólo el 5% de las denuncias contra los hoteleros de Benidorm por supuestas indigestiones siguen su curso

Las condenas ejemplarizantes y el cambio en la legislación británica hacen que la gran mayoría de turistas que interpusieron reclamaciones para recuperar el coste de su estancia retiren las quejas

Sólo el 5% de las denuncias por supuestas indigestiones siguen su curso

Estafa cortada de raíz. Los hoteleros de Benidorm pueden estar tranquilos al comprobar el efecto que ya han surtido todas aquellas acciones puestas en marcha para erradicar las falsas indigestiones que un gran número de turistas británicos denunciaron con el fin de recuperar el coste de su estancia en la capital de la Costa Blanca al igual que en otros puntos turísticos del país. Un problema que ya es historia. De hecho, no sólo se ha conseguido que las quejas en este sentido decaigan, sino que, además, en estos momentos sólo un 5% de las reclamaciones interpuestas en pleno boom de esta lacra sigue su curso. Así lo confirmaron ayer fuentes de la patronal hotelera consultadas por este periódico.

Como se recordará, fue durante la temporada alta de 2016 cuando los hoteleros de Benidorm, al igual que en otros puntos turísticos españoles, comenzaron a recibir numerosas quejas que hicieron saltar todas las alarmas. Cada una de estas reclamaciones -se acumularon cerca de 2.000 en unos meses sólo en la ciudad de los rascacielos- denunciaba una supuesta intoxicación alimentaria de los viajeros durante su estancia. Culpaban a los alojamientos por la ingesta de comida en el recinto y les pedían escandalosas indemnizaciones. Un fraude tejido por abogados piratas quienes, a la postre, eran los que realmente ganaban, ya que sus honorarios, en ocasiones, multiplicaban la cifra con la que se pretendía resarcir al presunto afectado. El negocio era redondo hasta que los empresarios del sector decidieron poner punto y final al ver amenazadas sus cuentas al tener que afrontar pérdidas millonarias.

De hecho, los hoteleros llegaron a calcular un descalabro económico valorado en cerca de 60 millones de euros a nivel nacional, que en Benidorm podría haber sido de alrededor de un 10%. Unos seis millones. La cantidad no es baladí. Por ello, desde el sector se realizó una fuerte campaña contra este tipo de prácticas fraudalentas.

Así las cosas, los alojamientos comenzaron a demostrar, gracias a los registros de actividad que maneja cada establecimiento, que los presuntos turistas indigestos habían disfrutado de sus vacaciones sin ningún tipo de reparo. Además, los hoteleros mantuvieron intensos contactos con el gobierno británico para alertar de la situación. Finalmente, los jueces comenzaron a dictar sentencias ejemplarizantes contra los primeros casos que se terminarón en la vía judicial. Unas condenas que tuvieron un fuerte impacto mediático. Asimismo, el gobierno británico modificó su legislación para acabar con esta lacra hace unos meses, en mayo de 2018. Un paso que vino a sumar.

Sin embargo, todo ello no sólo ha evitado la llegada de nuevas denuncias por supuestas intoxicaciones falsas sino que, además, ha hecho que la gran mayoría de los presuntos afectados hayan dado un paso atrás y hayan decidido desistir en el proceso reclamatorio.

Cerca del 95% de las personas que reclamaron contra un hotel de Benidorm ha decidido dar un paso atrás. Tan sólo dos de cada diez reclamaciones puestas en aquel momento siguen su curso, según confirmaron fuentes de la patronal Hosbec a este diario, desde donde descartaron que se continúen recibiendo este tipo de reclamaciones.

No hay que olvidar que aunque la nueva ley británica pone coto a este tipo de quejas, estas nuevas limitaciones no tienen carácter retroactivo por lo que los hoteles podrían seguir recibiendo reclamaciones de los últimos tres años. Algo que no ha sucedido en Benidorm, donde los hoteleros lo achacan a las condenas ejemplarizantes así como al cambio de la legislación por parte de Reino Unido. Los picaresca inglesa ya le ha visto las orejas al lobo.

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