«José Cortés, en el año de 1837». Así reza una inscripción aparecida hace casi 20 años en la parroquia de San José de l'Alfàs del Pi y con casi más de dos siglos a sus espaldas. A quién pertenecía exactamente ese nombre es todo un misterio. Las teorías son varias, desde que fuera un obrero o arquitecto a que fuera el alcalde que encomendó alguna reforma en la iglesia en ese año. Pero hay más incógnitas: en ella aparece una «y», lo que podría significar que hay otra inscripción parecida en otra parte del templo.

Por ahora, desde Patrimonio se está llevando a cabo la restauración y consolidación de la inscripción que se ve sobre la pared. Una pintura con letras negras y con un marco rojo que, con el paso de los años, se ha ido deteriorando. Este mural se descubrió en un reforma de la iglesia que se hizo hace casi dos décadas y se dejó para que pudiera contemplarse. Ahora, tras el paso del invierno, se detectó que se habían producido una serie de daños sobre él debido a las humedades del templo, según explicó la arqueóloga alfasina Carolina Frías.

Así que, tras pedir permiso a la Conselleria de Patrimonio, desde el departamento municipal se está llevando a cabo una intervención para consolidar esa pintura ubicada en una de las capillas de la parte izquierda de la parroquia, la que da a la calle. Por ahora se ha realizado una primera intervención a manos del restaurador Enrique Jordá. Primero se eliminan las «sales que ha dejado el agua para luego reintegrar las lagunas con mortero y acabar reintegrando el pigmento dañado», explicó la experta.

Cuando Jordá comenzó con las tareas para restaurar el mural se encontró algo más: pintura amarilla alrededor del marco con el que cuenta la inscripción. «Se comenzó a picar el yeso y alrededor apareció ese pigmento amarillo», afirmó Frías. Unos trazos que rodean a esas letras misteriosas sobre las que Patrimonio ya se ha puesto manos a la obra para intentar descubrir quién era el hombre que aparece en ella. .

¿Quién es José Cortés?

«No sabemos quién es José Cortés», indicó la arqueóloga, pero sí se tienen algunos indicios de quién podría ser y por qué cuenta con una pintura con su nombre en el templo. «En l'Alfàs había una familia muy conocida, propietarios de la mina, que se les conocía con el apodo de «els obrers» (los obreros) y que estaban muy vinculados a hacer reformas y obras», afirmó la responsable de Patrimonio. Así que por ahí podrían ir los tiros. Sin embargo, el año de la inscripción habría dado más pistas. Solo un año antes a 1837, l'Alfàs del Pi se independizó de la Baronía de Polop, así que «tendría sentido que se hubiera hecho alguna obra de grande en el municipio», indicó Frías. También solo dos años más tarde, en 1839, aparece en el archivo el nombre de José Cortés como alcalde. Por ello, existe otra rama de estudio: que esa inscripción sea por el alcalde que fue quien promovió una obra en el templo. O aún más. Que el mismo primer edil fuera arquitecto u obrero también.

En toda esta historia aún hay otra incógnita: una «y» que aparece en esa pintura. «Pensamos que puede haber una inscripción más arriba o en otro punto de la iglesia que sea pareja a esta», indicó Frías. Es decir que sea el nombre de José Cortes y el de otra persona. Por ahora la que hay visible está encajada en un muro que se podría haber retranqueado para atrás hace años. «En guerra, la iglesia fue una cooperativa y se abrió una puerta en esa pared, por tanto se podría haber retranqueado», y eso es lo que están investigando.

Con todo, podía haber aún más secretos debajo de la actual inscripción. «Hemos detectado más de una capa de pintura. Ya hemos hablado con la Universidad de Alicante para ver si con unos infrarrojos podemos comprobarlo». Eso será en septiembre y quizá se resuelvan aún más enigmas sobre el nombre de José Cortés.