El retorno de la inmigración a sus países de origen y el descenso de la natalidad que se arrastra desde hace años, aún más acusado durante los años de la última crisis, han mermado enormemente el número de niños en edad escolar matriculados en centros educativos de Benidorm. Así se constata en un estudio estadístico elaborado por el Ayuntamiento, según el cual la ciudad turística ha perdido en los últimos 18 años casi 2.000 niños en su sistema educativo. O, dicho en otras palabras, más de un centenar de niños de 3 a 16 años por cada año transcurrido entre 1999 y 2017.
Los datos figuran recogidos en la publicación «Benidorm en cifras», que elabora el Consistorio con carácter bianual, y cifran en 7.802 el número de alumnos matriculados el pasado año en Infantil, Primaria y Secundaria, frente a los 9.761 que se contabilizaban en 1999, primer año que toma como referencia el informe. La caída arroja un descenso de 1.959 escolares en los 18 años que separan ambas fechas, con el nivel de Secundaria como el que más ha acusado la pérdida de estudiantes en este tiempo, tal y como puede observarse en la tabla que acompaña a esta información.
No en vano, mientras que los menores matriculados en Infantil se han incrementado en estos años por la cada vez mayor incorporación de la mujer al mercado laboral y la creación de nuevas unidades, por ejemplo, para niños de dos años -un programa en el que Benidorm se sitúa al frente de municipios de la provincia, con cuatro colegios que disponen de estas aulas experimentales-, las clases de Primaria sí han perdido alumnado, aunque en cifras muy residuales comparadas con los niveles superiores. En concreto, de primero a sexto de Primaria el número de alumnos ha pasado de 3.844 a 3.697, 147 menos en todo este periodo; mientras que en el caso de Secundaria, la caída ha reducido casi a la mitad el número de estudiantes: de 4.478 a 2.459; esto es, 2.019 matriculados menos entre 12 y 16 años.
José Antonio Núñez de Cela, sociólogo municipal y responsable del contenido de «Benidorm en cifras», explicó que no existe ningún fenómeno educativo atribuible a esta acusada bajada de la población escolar de la ciudad, un descenso que, a su juicio, responde únicamente a causas demográficas. «Cada vez la población está más envejecida y la gente tiene menos hijos. Es la única explicación posible», recalcó el funcionario.
Cierre de aulas y vacantes
Las principales consecuencias de este descenso se observan desde dos vértices distintos. Por un lado, el cierre de aulas que se ha producido en muchos colegios, donde de manera paulatina -y de manera más acusada durante los años de crisis- se han ido recortando unidades en aquellos centros con menor volumen de matrícula. En segundo lugar, destaca el hecho de que Benidorm dispone de plazas vacantes en colegios e institutos públicos prácticamente en todos los niveles educativos. Como ejemplo, en el presente periodo de admisión, se ofertaron un total de 520 plazas para niños de 3 años, de las que 55 se quedaron sin cubrir.
