Un intenso chaparrón en el interior de la comarca de la Marina Baixa, que duró algo menos de media hora, hizo que algunas de las salidas de los barrancos de Benidorm se colapsaran dejando algo de suciedad en un punto de la playa de Levante, donde se formó una corriente de agua que llamó la atención de los bañistas. En escasos minutos, los servicios municipales de Playas repararon el estropicio de la lluvia, y el arenal más visitado de la ciudad volvía a lucir impecables.