Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Benidorm

Una segunda oportunidad en la vida de Tomek

El indigente al que tatuaron la frente con el nombre de un británico ingresa en un centro de rehabilitación en el norte de España

Una segunda oportunidad en la vida de Tomek

Para Tomek, el indigente al que tatuaron el nombre de un británico en su frente, lo que le ocurrió en Benidorm en el mes de mayo le ha abierto la puerta a tener una nueva oportunidad en su vida para recuperarse y curar su adicción. El joven polaco se encuentra ya inmerso en su recuperación en una clínica de rehabilitación del norte de España donde espera poder escapar de un problema que le persigue desde hace tiempo: el alcoholismo.

Su historia fue conocida por todos después de que corriera como la pólvora por las redes sociales. Ahora, Tomek ha entrado en una nueva fase, la del anonimato y estar fuera del foco mediático para recuperar su salud. Así lo explica Karen Maling Cowles, presidenta de la Asociación de Comerciantes Británicos de Benidorm. Ella se ha implicado hasta el fondo para ayudar a Tomek, tanto que casi siente que el joven le ha atribuido el papel de madre.

Tras acudir a Benidorm hace una semana para denunciar lo que le había ocurrido unas semanas atrás, la asociación se volcó con él para darle esa segunda oportunidad que buscaba cuando llegó a España desde su país después de que un desengaño amoroso truncara su vida y su carrera profesional. La entidad recaudó más de 3.000 euros que ahora servirán para las necesidades básicas del joven una vez que está en el centro de rehabilitación para curar sus problemas de salud. Maling Cowles explicó que, tras el reconocimiento médico al que se sometió en Benidorm, le detectaron una infección en el hígado, así como un principio de cirrosis y una inflamación en la cadera provocada por la artrosis que padece. También restos de una infección de pulmón. Así que la situación era complicada pero solo Tomek tenía en su mano intentar mejorar su vida.

«Ha sido él quien ha decidido que quiere curarse», indicó la presidenta de la entidad. Así que en el momento que él dijo sí, ellos se pusieron manos a la obra. Primero compraron «ropa, porque no tenía nada para cambiarse». Después compraron un billete y hace unos días puso rumbo al norte de España. Allí llegó el domingo por la noche y desde entonces permanece aislado empezando su tratamiento. ¿Y por qué tan lejos de Benidorm o de Granada, donde vivió un tiempo? Pues precisamente por eso, para alejarlo de aquello que no le viene bien a su enfermedad y que se centre solo en recuperarse. «Tiene un grado alto de alcoholismo para su edad», apuntó Maling. Así que el trabajo por delante es mucho.

Desde la asociación explicaron a este diario que el dinero recaudado se está destinando a sus necesidades básicas, como pagar medicamentos o comprarle esa ropa. Pero «no se lo damos a él, es la clínica la que nos lo pide y lo aportamos» todo con las facturas y fotos correspondientes para que no haya ninguna duda a qué se destinan esos 3.000 euros. Entre tres personas de la asociación deciden qué se paga y qué no con ese dinero.

Con todo, desde la entidad se han dado de plazo hasta octubre para ver cómo evoluciona Tomek ya que explican que «no podemos obligarle, tiene que ser él el que quiera estar allí. Tiene como mínimo un año por delante para estar bien». Así que su intención es ir a visitarle en esa fecha para «ver cómo está y llevarle ropa de invierno». Karen Maling afirma que «ojalá aguante y siga bien».

En cuanto al tatuaje, aunque se barajó que se lo quitaran de inmediato, «decidimos que lo primero era su salud». Así que pasada la recuperación, verán las opciones de borrarle las huellas de aquella fatídica noche en la que cuando estaba borracho le ofrecieron 100 euros por tatuarse la frente, una cantidad que para él era como un premio de la lotería.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats