Siete años han pasado desde la masacre de Utoya, un atentado que conmovió a Noruega pero también a l'Alfàs del Pi donde residen miles de ciudadanos de este país. Para recordar a las víctimas y honrar su memoria, el parque por la Paz Johan Galtung ha sido el escenario de un homenaje en el que se han colocado flores bajo la escultura de Agustín Ibarrola, símbolo de la solidaridad y la unión de los pueblos, como rechazo a la violencia y en apoyo a las víctimas del terror.

Al acto asistió el alcalde Vicente Arques así como Galtung y representantes de la corporación municipal y los distintos colectivos que conviven en el municipio alfasino. Además se guardó un municipio de silencio en memoria de las víctimas.

El primer edil instó en un comunicado oficial a noruegos, alfasinos y a todos los residentes de la localidad "a defender los valores de la solidaridad, la diversidad, la humanidad y una sociedad abierta y plural, frente al terror y la sinrazón que a nada conducen". Así indicó que el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las más graves amenazas para la paz y la democracia, y que todo acto de terrorismo es criminal e injustificable, independientemente de su motivación, lugar o de quien lo cometa. De ahí aprovechar esta fecha conmemorativa para mostrar "nuestro total apoyo y solidaridad con el pueblo noruego y especialmente con las víctimas y sus familias".

El acto del domingo se celebró junto a la "La Escultura Paraboloide", un trabajo original del escultor vasco comprometido en la lucha contra el terrorismo, integrada en el circuito del Mapa de la Memoria junto a los lugares donde se localizan otros refugios suyos: Alicante, Andoain, Ermua, Logroño, Murcia, Santander, Vitoria. El parque donde está ubicada lleva el nombre del noruego Johan Galtung, matemático, sociólogo, científico, político y fundador de la disciplina mediador de conflictos, quien ha dicho en multitud de ocasiones: "para mi l´Alfàs es la ciudad de la paz".

L´Alfàs del Pi con un censo de poco más de 22.000 habitantes destaca entre otras peculiaridades porque el 50% del censo lo conforman residentes de otras nacionalidades sobresaliendo entre todos ellos el colectivo noruego. Si bien es cierto son 2.500 los empadronados se calcula viven más de 8.000.