Benidorm quiere llevar su apuesta por ser Destino Turístico Inteligente (DTI) un paso más allá para lo que piensa incorporar al mobiliario urbano de la ciudad elementos «smart city» que le permita conocer de primera mano los gustos de sus visitantes pero también innovaciones tecnológicas que hagan más fácil su estancia en la capital turística.

Así que, para conseguir este objetivo, tiene previsto que el nuevo contrato de mobiliario urbano contemple una serie de novedades encaminadas a incorporar la tecnología a las calles y que los nuevos nuevos elementos sean los protagonistas en aspectos como la publicidad o la conexión de datos.

Las primeras pinceladas ya están sobre la mesa. Ayer mismo, los técnicos municipales del área de Ingeniería explicaron en comisión informativa cómo han planteado que sean los nuevos pliegos que sustituirán al actual contrato que se adjudicó hace 10 años y que caduca el 31 de octubre. Esta exposición al resto de grupos de la oposición ha seguido la estela de lo hecho con otras grandes concesiones como la de alumbrado en la que el gobierno local plantea cómo está el documento hasta ese momento para dar después 15 días a los grupos para que planteen sus aportaciones.

La propuesta de los técnicos es que el contrato mantenga los principales servicios que presta actualmente e incorpore otros nuevos, según explicó ayer el concejal de Escena Urbana, José Ramón González de Zárate. Entre los que ya están, la rotulación de viario y bienes municipales como calles o numeración de fincas; los elementos vinculados al tráfico y transportes como marquesinas o infotaxis; los vinculados a plazas, parques, jardines y glorietas; elementos como bancos, papeleras o señalización turística; y los elementos del mobiliario urbano con explotación comercial y publicitaria.

Así, los nuevos aspectos que incorporaría el contrato son esos ligados al concepto de Destino Turístico Inteligente. Entre ellas, se podrían pedir la instalación de mupis digitales, de pantallas de información dinámica a través de 4G o fibra óptica y de elementos «smart city» en el mobiliario; es decir, elementos con los que se puedan, por ejemplo, controlar los índices de polución o tráfico o, incluso, añadir al mobiliario servicios a los usuarios como wifi o similares.

Pero además se ha planteado la «compartición de instalaciones» para despliegue de tecnología 4G y 5G mediante acuerdos con operadores de telecomunicaciones, la posibilidad de incorporar estaciones de recarga de vehículos eléctricos, y la inclusión de una bolsa de inversión tecnológica para adecuar instalaciones, indicó el edil del área.

Con todo, aún está por fijar el canon que la nueva concesionaria pagará por el contrato al Ayuntamiento así como el tiempo de duración del mismo. El actual adjudicado en 2008 contaba con un canon fijo en metálico de 220.000 euros anuales; además de otro variable en especie de cerca de143.000 euros. El concejal añadió que la nueva Ley de Contratos «plantea cinco años más dos prorrogables», si bien «cabe la posibilidad de ampliar este periodo a diez años si las inversiones son muy importantes» para asegurar su amortización.

Contrato de bicis independiente

En el actual contrato de mobiliario urbano está incluida la gestión del servicio de alquiler de bicicletas públicas aunque parece que con el nuevo contrato, esta actividad quedaría fuera. De Zárate explicó que, en principio, la idea es «desligar» este servicio de préstamo de bicis del actual, algo que ya solicitó Ciudadanos (Cs) hace unos meses. Así, aclaró que el artículo 99 de la Ley de Contratos del Sector Público plantea la «licitación de los contratos por lotes», por lo que el Ayuntamiento tendrá que barajar cuál es la mejor opción. Así, como ya publicó este diario hace unos meses, el edil del área reiteró que el servicio «es deficitario» por si sólo por lo que, si se deja fuera del contrato de mobiliario», hay que buscar uno alternativo en el que incorporarlo para que no se produzca un desequilibrio económico.

Cabe recordar que este servicio sufrió un «parón» a finales del mes de abril y los usuarios estuvieron más de un mes sin poder utilizar las bicicletas de alquiler porque la empresa suspendió el servicio. Finalmente fue la concesionaria del mobiliario urbano, Impursa, quien asumió la gestión directa para solucionar el problema y volver a poner en marcha esta actividad.