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Benidorm busca vestigios de su primera fortificación

El Ayuntamiento proyecta levantar el firme del actual Castillo, localizar los muros del construido en 1325 y consolidar la Punta del Canfali

El único muro que se conserva visible de la que podría ser la antigua muralla del Castillo. DAVID REVENGA

En ruinas, cubierto por una urbanización posterior y prácticamente imperceptible, pero con un pasado en el que fue vital como baluarte defensivo del municipio y de las poblaciones aledañas. El Ayuntamiento de BenidormBenidorm quiere hacer un viaje en el tiempo y bucear bajo el firme de una de las zonas más conocidas y visitadas por los turistas en busca de las huellas de la que fue su primera fortificación. Para ello, técnicos del Consistorio han redactado un proyecto con el que la concejalía de Patrimonio Histórico pretende obtener fondos de distintas administraciones supramunicipales para levantar el firme del actual Castillo Castillo y poder localizar los restos del que el Almirante Bernat de Sarrià ordenó construir en el año 1325 y que propiciaría la posterior fundación de la villa de Benidorm.

El proyecto tiene varias vertientes, tanto desde el punto de vista arqueológico como del urbanístico. Por un lado, prevé levantar el pavimento actual y la retirada de todo el mobiliario urbano, decorativo o de vegetación. Esta fase iría además acompañada de una inspección exhaustiva para comprobar el estado y la estabilidad de las rocas de la Punta del Canfali y la consolidación de las partes del talud más dañadas para evitar desprendimientos en un futuro.

En segundo lugar, según la información aportada por la concejal de Cultura y Patrimonio Histórico, Ana Pellicer, se iniciarían las labores puramente de investigación arqueológica, con el análisis de los restos hallados y, en función de lo que pudiera encontrarse, la recuperación de todos los elementos primigenios y la consolidación de aquellas estructuras en peor estado.

Por último, el proyecto también contempla la reurbanización y musealización de toda la zona, en la que se dotaría al Castillo de pasarelas, suelos de cristal u otros elementos de protección que permitieran a los visitantes pasear como en la actualidad por esta emblemática zona de la ciudad, pero a la vez ser testigos de lo que algún día fue aquella fortificación en torno a la cual se gestó el primer Benidorm.

Como ya se ha apuntado anteriormente, la primera constancia que se tiene de este primer castillo se remonta a la Carta de Poblament de Benidorm, otorgada por Bernat de Sarrià el 8 de mayo de 1325, en la que se documenta que no existía ningún edificio en la «Punta de Alfalig» y que el Almirante había ordenado construir en dicho lugar un castillo. Se trató entonces de una fortificación y villa de fundación señorial, que formaría parte de las propiedades del señor feudal, bajo el control de la Baronía de Polop.

Foco de piratas y de bombardeos

El fortín fue pasando de mano en mano y prestando diversos servicios hasta el siglo XVIII, cuando el Reino se hizo cargo de él. En todo ese tiempo, se encontró con dos problemas constantes: la piratería y el deterioro progresivo de las defensas. Numerosos señores, nobles e ingenieros recomendaron en repetidas ocasiones mejorar la dotación de soldados, realizar reparaciones o fortificar en mayor medida la ciudad, aunque la mayoría de peticiones fueron desestimadas una y otra vez por la Corona.

Hasta que a mediados del siglo XVII, con la repoblación de la villa, se llevaron a cabo numerosas mejoras en la muralla y el castillo, incluso reconstruyendo los puentes sobre el foso defensivo situado al norte del mismo.

A principios del XIX, el castillo fue ocupado por las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia y, finalizada la misma, los ingleses bombardearon la fortaleza y destruyeron parcialmente la construcción. Así permaneció hasta 1928, cuando el entonces alcalde Vicente Llorca Alós promovió su remodelación enterrando toda la antigua estructura, de la que actualmente sólo subsisten a la vista una de las murallas, en la cara que da hacia la playa del Mal Pas, y un pozo decorativo donde en la época existió un aljibe.

Atractivo turístico

La edil de Patrimonio afirmó que se trata de un proyecto «muy ambicioso», que tendrá un coste de 1,21 millones, para los que se han pedido subvenciones a los fondos Feder y al Ministerio de Fomento. Pellicer también destacó que, gracias a varias catas anteriores, «tenemos constancia de que la muralla y los restos del Castillo están ahí y creemos que no hay nada mejor como recuperarlos y ponerlos en valor, tanto para que los que somos de aquí podamos conocer mejor nuestra historia, como para difundirla entre los turistas».

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