En plena polémica por la «turismofobia» que el alquiler vacacional ha generado en muchos destinos turísticos nacionales, promotores inmobiliarios de Benidorm han empezado a tomar partido para frenar este fenómeno y evitar que se extienda a la capital turística de la Costa Blanca. Lo han hecho declarando abiertamente la guerra al arrendamiento de viviendas con fines turísticos que cada vez se extiende más en la mayor parte de destinos, tanto costeros como urbanos, gracias a la irrupción de decenas de plataformas online que facilitan el contacto entre el arrendador y el arrendatario, en nombre de la mal llamada «economía colaborativa».

El primero en tomar posición sobre este asunto ha sido Delfin Tower, un complejo de apartamentos de lujo proyectados en primera línea de playa en La Cala de Benidorm, cuyos promotores anunciaron ayer que prohibirán en los estatutos comunitarios del edificio el alquiler de apartamentos por un periodo inferior a dos meses. El objetivo es claro: evitar la «hotelización» de este inmueble. O, dicho en otras palabras, que el mismo acabe convirtiéndose en un hotel encubierto y pierda su faceta residencial.

Los promotores de Delfín Tower afirmaron ayer a través de un comunicado que esta decisión es una apuesta «para garantizar un uso estrictamente residencial, asumiendo que una decisión de este calado pudiera retraer a determinados compradores que tuvieran pensado la compra de pisos en la promoción para poder ofrecerlos como pisos turísticos». O, dicho de otra manera, son conscientes de que esta decisión puede hacer que muchos inversores que pensaron en adquirir aquí una vivienda para alquilar acaben dando marcha atrás.

En todo caso, fuentes de la promotora también afirman que una medida «tajante» como ésta «da garantías a la mayoría de clientes que están interesados en un edificio como Delfín» y que, a su juicio, se verían seriamente perjudicados en el caso de que el mismo se acabara convirtiendo en un inmueble vacacional sin ningún tipo de control hacia sus huéspedes, como ocurre en muchos bloques donde hay apartamentos que se alquilan por quincenas, semanas o incluso por días.

«Turismo responsable»

La asociación turística de Benidorm y la Costa Blanca Hosbec es una de las que más beligerante ha sido denunciando el fenómeno bautizado como «hotelización»: alquilar viviendas de uso residencial con fines turísticos a través de plataformas digitales, sin declarar, dar de alta en ningún registro y, además, haciendo una competencia directa al alojamiento hotelero, que sí aporta y tributa por su actividad. Opinión similar mostraron ayer los promotores de este nuevo complejo de lujo de Benidorm, que afirman que la decisión de prohibir este tipo de arrendamiento en el complejo es un ejemplo de su «compromiso con un modelo de turismo responsable y sostenible como el que ha caracterizado históricamente a Benidorm».

El edificio con el piso más caro

Este complejo residencial, que ya tienen concedidas todas las licencias y donde ya han empezado los primeros movimientos de tierras previos a la construcción, se levantará junto al Hotel Delfín, un establecimiento hotelero de los más veteranos de la ciudad que está ubicado en primera línea de Poniente. El edificio, con forma de vela, se compondrá de 22 plantas y un total de 44 viviendas de lujo, trasteros y garajes,piscina y otros servicios.

Curiosamente, Delfin Tower tiene además a gala ser el proyecto inmobiliario en el que se ha vendido el apartamento más caro en la historia de Benidorm: una vivienda que ocupa toda la planta 16 del rascacielos y que se vendió a un comprador extranjero por la friolera de 2.081.000 euros, tal y como anunciaron en su día desde la mercantil. Los promotores prevén que el complejo esté totalmente finalizado en la Semana Santa de 2020.