Crónica de una muerte anunciada. Este podría ser el título para el final del pacto de gobierno en Callosa d'en Sarrià. El acuerdo entre Compromís y PSOE saltó ayer por los aires después de que en los últimos meses la situación entre ambos partidos y las acusaciones de deslealtad fueran continuas. La formación nacionalista, encabezada por el alcalde Josep Saval, ha dado por roto el pacto que se firmó en 2015, una decisión que pilló por sorpresa a los ediles socialistas.

La marejada comenzó en el mes de enero cuando el exalcalde del PSOE Francesc Guardiola abandonaba la Junta de Gobierno Local y sus delegaciones pero no su posición. Pero la puntilla llegó el pasado 31 de mayo cuando la abstención del PSOE en el pleno hizo que no pudieran salir adelante los presupuestos de 2018 al votar en contra la oposición, lo que dejó solos a los cuatro ediles de Compromís.

En ese momento, el alcalde Josep Saval indicó a este diario que les sorprendió la postura de sus socios de gobierno pero que no se iba a tomar una decisión en caliente sobre el futuro del acuerdo que se firmó con los socialistas en 2015 y que hizo que el candidato de Compromís fuera alcalde; y es que la formación nacionalista obtuvo los mismos concejales (4) que el PP, que fue la lista más votada, por lo que el apoyo del PSOE, con tres regidores, fue clave para llegar a la Alcaldía.

Pero ayer, la situación era otra. Según indicó el grupo municipal de Compromís, continuará gobernando en solitario el Ayuntamiento; es decir, que se quedan cuatro ediles al frente de la gestión municipal frente a una oposición formada por tres regidores del PSOE, cuatro del PP, y dos no adscritas, la exedil de Ciudadanos Montserrat Romeu, y la exconcejala de UPYD Mari Carmen Mascaró.

Desde el PSOE, explicaron a este diario que la decisión de cesarles en sus delegaciones «nos ha sorprendido», sobre todo porque desde el pasado pleno de presupuestos, donde saltó la liebre, «no se han puesto en contacto con nosotros ni nos hemos reunido para intentar llegar a un acuerdo para aprobar los presupuestos». Según las mismas fuentes socialistas, ayer por la mañana se les pidió que acudieran al Ayuntamiento donde se les comunicó el cese de todas sus delagaciones. A Guardiola sólo le comunicaron esta cuestión porque ya no contaba con concejalías a su cargo.

«Pensábamos que nos iba a llamar para arreglar la situación, no para cesarnos», añadieron. Así, el PSOE pidió la dimisión también de todo el gobierno que queda porque «ya no están legitimados» ya que recordaron que Saval fue alcalde por el apoyo de los socialistas «ya que no era la lista más votada».

Seguir gobernando

El nuevo ejecutivo local estará conformado por el alcalde, Josep Saval, y los concejales Estela Menaches, Lumi Puigcerver y Vicent Llobell, quien ostentará la primera tenencia de Alcaldía. Será un gobierno en minoría que trabajará con «responsabilidad y ahínco en llevar adelante todas las áreas municipales y en desbloquear los presupuestos de 2018», en los que se incluye la aplicación de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT). Así apuntaron que el nuevo gobierno tendrá como «objetivo prioritario garantizar la estabilidad de la gestión municipal en beneficio del interés general».

Compromís indicó que ha «escorado el rumbo del gobierno local, tras romper el PSOE el pacto que les unía desde que echara a andar la legislatura». Así apuntaron que tras el «sistemático bloqueo» de la gestión municipal que ha llevado a cabo el PSOE en los últimos seis meses, «sumado a las reiteradas muestras de deslealtad que han escenificado», Compromís trabajará para «reconducir la situación y garantizar la gobernabilidad» en la administración en «beneficio de los ciudadanos y no de intereses partidistas como está demostrando el PSOE».

Con todo, fuentes socialistas descartaron por ahora que se vaya a realizar una moción de censura. Aunque habrá que esperar a ver si el resto de partidos realiza algún movimiento ya que, por ejemplo, el PP cuenta también con cuatro concejales.