Benidorm controlará en julio de forma real el horario de sus funcionarios; o lo que es lo mismo, al sistema de huella digital le queda sólo un mes en pruebas después de que lleve más de seis de retraso para su implantación definitiva.

El retraso para que este control de entrada y salida de los trabajadores públicos sera una realidad y no algo provisional se debe a algunas deficiencias y problemas detectados en el sistema, según explicó el concejal de Personas, Jesús Carrobles. La previsión cuando se puso en marcha el pasado mes de noviembre es que este periodo de adaptación durara sólo hasta febrero, pero se ha alargado más de medio año.

Durante este tiempo, los trabajadores municipales, en su inmensa mayoría, siguen dejando cada día su huella dactilar en el dispositivo que se encuentra en casi todos las dependencias municipales.

Los trabajadores municipal lo hacen a la entrada y a la salida, aunque solo a efectos de control estadístico, puesto que, al estar en pruebas, no se ha establecido ninguna sanción para quienes no cumplen. Así lo indicó ayer el portavoz de Compromís Los Verdes, Josep Bigorra, quien preguntó por ello al gobierno local «sin tener respuesta alguna».

El sistema de control horario supuso una inversión de 40.000 euros y ya desde su implantación se advirtió de que estaría de pruebas durante un mes, aunque finalmente se amplió el plazo debido a algunas deficiencias y a la necesidad de contar con el registro de las huellas dactilares de todos los trabajadores, algo que llevó más tiempo del previsto, según indicaron fuentes municipales.

La Concejalía de Personal anunció que en febrero el sistema entraría en funcionamiento de forma definitiva, una vez superado el período de pruebas. Cuatro meses después, la situación es la misma.

27 dispositivos

Este sistema de control conllevó la implantación de 27 dispositivos, aunque a fecha aún hay algunos lugares que no cuentan con él y, por lo tanto, trabajadores que no fichan. «Es el caso, por ejemplo, de los cementerios o los conserjes de los colegios públicos», afirmó el concejal de Compromís, quien también ha recordado que hace tiempo que el sistema «debería de haber dejado de estar en pruebas».

Por su parte, Carrobles aclaró que las previsiones de su departamento son que el control por huella dactilar deje de estar en pruebas el próximo mes. Durante estos días se informará a los trabajadores de que también deberán fichar cuando vayan y cuando vuelvan de la media hora para almorzar. «A quienes no hagan uso de ese tiempo también se les computará», argumentó el concejal, quien reconoció que se siguen produciendo casos de empleados que «olvidan» fichar.

De hecho, en los primeros meses, hubo algún trabajador que no puso su dedo para que lo registrara el aparato y en otros 15 casos, las huellas daban error y no se computaban esas horas.

Cada semana los trabajadores reciben un informe en el que se contabilizan las horas que han realizado y si alcanzan o superan las 37 horas y media que están estipuladas. A partir de que entre en funcionamiento de forma definitiva, el que no cumpla con esas horas podrá ser sancionado.