El tira y afloja entre el Ayuntamiento de Benidorm y la Generalitat por la gestión de infraestructuras en el entorno de Terra Mítica y las infraestructuras de la Sociedad de Proyectos Temáticos existe desde que el Consell aprobó el plan especial para crear aquella zona, urbanizada sobre las cenizas de un incendio que asoló en 1992 decenas de hectáreas en la partida del Moralet. La figura urbanística empleada por el gobierno autonómico dirigido entonces por Zaplana, el Plan Especial Director de Usos e Infraestructuras, dejaba en manos de València toda competencia en materia urbanística en esta superficie, de poco menos de un millón de metros cuadrados y que es considerada como un «feudo» del Consell dentro de la ciudad.
El gobierno local de Benidorm ha llevado a pleno distintas solicitudes para que la Generalitat le cediera infraestructuras en la zona y que, hasta el momento, tan sólo han obtenido un «no» por respuesta. En 2014 y 2015, el pleno aprobó dos mociones para reclamar la desaladora que el Consell empezó a construir en el entorno de Terra Mítica y cuya obra, valorada en 7,2 millones, nunca se llegó a terminar. El proyecto incluía un emisario submarino que sí se realizó, pero que nunca entró en funcionamiento. Igualmente, el pasado año el pleno también acordó pedir la cesión del tramo de la carretera CV-70 que discurre por el término de Benidorm, sin que tampoco fuera atendida dicha petición.
