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Benidorm se la juega este verano con el mercado británico

La fuga de visitantes ingleses hacia destinos emergentes obligará este año al turista español a «absorber» el impacto de esta bajada en la ocupación

Turistas británicos, paseando por Benidorm. DAVID REVENGA

El comportamiento del mercado británico, sector que lleva perdiendo espacio en la ocupación hotelera de Benidorm desde comienzos de año, será clave este verano. Así lo ha trasladado a este medio la patronal Hosbec, quien confirma que esta temporada alta seguramente habrá cifras globales similares, pero con un claro cambio de tendencia. Y es que, el año pasado, la principal preocupación de los hoteleros fue la disposición del mercado español, sector que llegó a perder hasta un 15% de las pernoctaciones en meses como mayo y junio y un 5% de plazas en pleno verano (julio y agosto). Solo en agosto del año pasado, Benidorm vendió 25.000 habitaciones menos a británicos que en 2016. Ahora que el mercado nacional parece reaccionar, los ojos de los empresarios mirarán este verano, más que nunca, hacia las islas británicas, área que lleva meses arrojando malos datos de ocupación (durante la primera quincena de este mes, ha habido una diferencia negativa de cerca de cinco puntos respecto a 2017).

Se confirma así un cambio significativo en el comportamiento del turista que escoge Benidorm para disfrutar de sus vacaciones: los visitantes españoles, que el año pasado sufrieron un importante retroceso, serán en 2018 los encargados de «absorber» lo que desde Hosbec definen como una «ligera caída» del mercado inglés; una tendencia negativa real y no alarmante, pero que sí será vigilada muy de cerca, sobre todo de cara a la inminente temporada estival.

Factores negativos

Entre las causas principales que pueden explicar esta fuga de turistas británicos hay que destacar la existencia de más plazas abiertas en mercados como Turquía, Egipto o Túnez, destinos emergentes que se están reactivando y que, según Hosbec, están creciendo hasta en un 80%.

Otra de las causas que pueden atribuirse a esta bajada de ocupación procedente del Reino Unido es la economía sumergida. La Patronal hotelera calcula que, gracias a determinados portales de reservas, la oferta de alojamientos se ha multiplicado por dos, una «hotelización» denunciada en múltiples ocasiones, que viene acompañada de unos precios con los que los hoteles, aseguran, no pueden competir.

La menor oferta de asientos en los vuelos procedentes del aeropuerto alicantino (por razones como la quiebra de la compañía Monarch, empresa que tenía un 20% de mercado inglés) también es un factor a tener en cuenta, en un público que solo puede acceder a la Costa Blanca vía avión.

Desde Hosbec, también apuntan a otros factores «incontrolables», como el valor del tipo de cambio de la libra, como otra de las causas: «Un euro caro implica la fuga de turistas a destinos emergentes más asequibles», asegura Nuria Montes, secretaria general de la Patronal.

Datos para la esperanza

Llama la atención que, a pesar de los datos negativos, el Reino Unido sigue siendo, a día de hoy, el principal mercado en la ciudad de Benidorm con una cuota que roza el 50% del total de plazas vendidas. Entre los valores para la esperanza que manejan los hoteleros, hay que destacar que el resto de indicadores. como los datos de venta de los paquetes turísticos sí están siendo «positivos» respecto al año pasado. En favor del municipio benidormense también hay que resaltar que la Costa Blanca está resistiendo mejor la pérdida de británicos, frente a otros destinos españoles como Baleares o Canarias; una caída que, al menos, va a permitir abrir la ciudad a otros mercados emergentes: «Cuando un sector baja, siempre entran nuevos turistas de otras zonas. Es la teoría de los vasos comunicantes».

De cara a obtener cifras similares a las del verano de 2017, Patronal y Fundación de turismo están trabajando para realizar, al menos, los mismos esfuerzos en materia de promoción este año.

Los hoteleros insisten en que el mercado británico es un destino por el que Benidorm debe preocuparse durante todo el año y por ello la ciudad, periódicamente, moderniza y actualiza su planta hotelera a los gustos y exigencias de estos turistas: «Es muy importante fidelizar y desestacionalizar. El inglés es un visitante que suele repetir visita en la ciudad», aclara Nuria Montes, quien insiste en que los empresarios benidormenses van a estar «vigilantes, pero no preocupados» ante un mercado clave que ya acumula varias quincenas con bajadas en la ocupación; un sector tradicionalmente fiel en el que siempre se ha confiado para compensar periodos en los que otros turistas fallaban al municipio.

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