La Guardia Civil ha detenido en Sella a un hombre, español de 26 años, como presunto autor de un delito de malos tratos en el ámbito familiar, un delito de atentado y desobediencia grave contra agentes de la autoridad y un delito de tenencia ilícita de armas.

El padre del ahora detenido había interpuesto contra él una denuncia por agresión recibida y unas supuestas amenazas de muerte. Al parecer no era la primera vez que este hombre padecía un episodio violento similar, aunque este era sin duda el más grave, por lo que agentes de la Guardia Civil de Finestrat iniciaron una investigación para su inmediata localización, que comenzó a medio día de ayer.

El presunto agresor fue localizado en una finca familiar, un par de horas más tarde. Al ver llegar a los agentes se parapetó en una caseta de campo ubicada en la finca. Los agentes procedieron a acercase con cautela para hablar con él, pero cuando estaban a pocos metros, sacó una escopeta del calibre 12 y realizó varios disparos intimidatorios que, por fortuna, no alcanzaron a ninguno de ellos, al tiempo que amenazaba con matar a todo el que se acercara a él, y después suicidarse. Inmediatamente los agentes se pusieron a cubierto, y solicitaron apoyo operativo para intentar detenerle sin abrir fuego contra él.

Con media docena de agentes desplegados en los alrededores de la caseta, iniciaron una conversación con el atrincherado, que no paraba de amenazar con disparar contra los agentes e incluso suicidarse, prendiendo un bidón de gasolina que decía tener en el interior de la caseta. Poco a poco, los guardias fueron tranquilizando al hombre atrincherado, que, según han explicado fuentes del Instituto Armado en un comunicado, parecía tener algún brote psicótico por cómo se comportaba.

Los agentes intentaban ganar tiempo para que llegara a la zona el Equipo de Negociadores en Situaciones de Toma de Rehenes y Atrincheramientos, de la Guardia Civil de Alicante.

A la llegada de estos dos agentes especializados, con base en la Comandancia, sus compañeros de Finestrat habían logrado que entregara el arma de fuego, que había lanzado al exterior de la caseta. Sin embargo, seguía amenazando con suicidarse si alguien se acercaba.

Los negociadores se habían entrevistado ya con algunos familiares, para conocer su entorno, y entablaron conversación con él, intentando ganarse su confianza. La noche había cubierto la escena, que se iluminaba únicamente con las luces de los vehículos de la Guardia Civil, por lo que se hacía precisa una intervención, ante el temor de que pudiera utilizar la oscuridad para escabullirse por alguna zona oculta de la caseta.

Finalmente, pasada la medianoche, uno de los negociadores consiguió hacer salir al detenido a la puerta de la vivienda, para hablar cara a cara con él. Cuando lo tenía delante, el agente observó que llevaba un objeto escondido en el pantalón: podría tratarse de un arma.

Tras varios minutos interminables, el ahora detenido reconoció que llevaba un machete de grandes dimensiones, por lo que los negociadores le aconsejaron que lo entregara. Lo sacó de su pantalón, y lo tiró en dirección a los agentes. Apenas un cuarto de hora más tarde, ya totalmente calmado, el joven acabó entregándose a la Guardia Civil.

El hombre, español de 26 años, que había amenazado también de muerte a su padre, fue detenido por los agentes, como presunto autor de un delito de malos tratos en el ámbito familiar, un delito de atentado y desobediencia grave contra agentes de la autoridad y un delito de tenencia ilícita de armas, y será puesto a disposición judicial a lo largo del día de hoy.