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Ecologistas y regantes de Altea y Benidorm, en contra del desembalse del Amadorio

Las 3 entidades se suman a las críticas del Consorcio y los agricultores de La Vila contra los caudales ecológicos que vierten el agua al mar

Ecologistas y regantes de Altea y Benidorm, en contra del desembalse del Amadorio

El Consorcio de Aguas de la Marina Baixa junto a los regantes de La Vila Joiosa daban la voz de alarma hace dos semanas al comprobar que las compuertas del embalse del Amadorio se habían abierto para vertir al mar los conocidos como caudales ecológicos. Criticaban que se desperdiciara ese agua tan necesaria cuando ni siquiera el pantano estaba al 40%. Ahora, el grupo ecologista Xorigues y la Comunidad de Regantes de Altea y del Bajo Algar, en Benidorm, también se han sumado a esas crítica esgrimiendo de nuevo argumentos de peso para pedir que no se vuelva a repetir.

Como ya publicó este diario, a finales de febrero se podía ver cómo el agua salía por la presa que vertía unos 10 litros por segundo a pesar de que el pantano apenas llegaba a la mitad de su capacidad. Este desembalse de agua por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) respondía a lo que establece la norma del Plan Hidrológico Nacional (PHN) sobre los caudales ecológicos que deben tener los ríos. En aquel momento, regantes de La Vila y Consorcio se llevaban las manos a la cabeza ante este hecho y que se estuviera tirando al mar agua «limpia». Una crítica que fue apoyada días más tarde también por la patronal hotelera Hosbec.

Sus argumentos de aquel momento también han sido secundados por otras comunidades de regantes como la alteana y la del Bajo Algar de Benidorm. La primera explicó a este diario que este desembalse de caudales supone «un atropello» para los intereses de los habitantes de la Marina Baixa y «lesiona gravemente su economía», según el acuerdo de los representantes de las cuatro comunidades integrados en la entidad, que aglutina a más de un millar de comuneros del municipio.

«Llenar los embalses de agua nos cuesta anualmente mucho dinero a todos los que vivimos aquí como para que ahora se ordene el vertido de agua que va a parar al mar. Es una incongruencia», señalaba el presidente de la organización de regantes, Ximo Ferrer. En este sentido también se pronunció el gerente de la Comunidad del Bajo Algar, Ángel Uribe, quien indicó que «el año pasado impulsamos 7 millones de metros cúbicos de agua al Amadorio que tuvieron un elevado coste de elevación o electricidad, entre otros, para que ahora se vierta todo al mar». Además, ambas entidades indicaron que los ríos Guadalest y Amadorio son «rambla», es decir, «sólo disponen de caudales en épocas de lluvias y en los periodos veraniegos de sequía llegan a secarse completamente», por lo que no tiene sentido dejar salir esos caudales ecológicos.

Por su parte, el grupo Xorigues también apoya estos argumentos además de añadir que «se tira el agua al mar, sin pensar que se acerca Semana Santa y verano y la demanda hídrica para abastecimiento de residentes y veraneantes aumenta». Además las tres entidades coinciden en otra cosa: la necesidad de agua en la comarca y lo caro que sale disponer de ella para que acabe en el mar.

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