Un millar de viviendas diseminadas por todos los barrios de Benidorm, un volumen económico de ocho millones de euros al año y más de 100.000 pernoctaciones fuera de toda estadística a lo largo del mes agosto, el de mayor ocupación para este modelo de alojamiento. Un informe elaborado por la patronal hotelera Hosbec y la Fundación de Turismo Visit Benidorm ha puesto negro sobre blanco los números que mueve en la capital turística de la Costa Blanca Airbnb, la mayor plataforma del mundo de alquiler de inmuebles por internet y «madre» de la comúnmente llamada «economía colaborativa», que para los hoteleros no es más que una «trampa creada para no competir con las mismas condiciones que el alojamiento reglado».

El informe, elaborado por el departamento de BigData de Hosbec, toma como referencia los datos recogidos a través de AirDNA, un servicio que proporciona análisis sobre alquileres de vacaciones, tomando como referencia un plano temporal de 18 meses: de junio de 2016 a diciembre de 2017. Y, a todas luces, revela conclusiones que hasta ahora no se conocían en profundidad, pero que desde ambas organizaciones turísticas pretenden presentar ante la Administración, para exigir una actuación más contundente contra este tipo de portales que facilitan la «hotelización» de viviendas por medio del alquiler.

El primero de ellos es el crecimiento imparable que este tipo de oferta de alojamiento ha experimentado en Benidorm en el último año y medio. En junio de 2016 apenas superaba los 400 apartamentos, mientras que en agosto de 2017 se registra la oferta punta, con una media de más de 1.000 referencias disponibles. Este informe también señala que la oferta en Airbnb es un fenómeno globalizado en la ciudad; o, dicho de otra manera, que no sólo se limita a las zonas que podrían considerarse más turísticas, sino que se extiende también a barrios tradicionalmente obreros y a zonas residenciales.

Más de un tercio de toda la oferta analizada ofrece disponibilidad a tiempo completo, es decir, se dedica con habitualidad al alquiler turístico vacacional. Además, cabe destacar que cada unidad de alojamiento hospeda a una media de 4,7 personas en cada comercialización y que la estacionalidad está muy presente en este sector, dado que el 65% de la oferta está ocupada únicamente entre 1 y 3 meses al año.

Agosto de 2017 fue el mes del periodo analizado con un mayor número de reservas: casi 20.000. Multiplicando este indicador por la media de personas alojadas, nos encontramos con que en este mes se produjeron casi 100.000 pernoctaciones turísticas adicionales, que no forman parte de ninguna estadística oficial al tratarse de una oferta no reglada.

«Hotelización» como fenómeno

Las conclusiones del estudio reflejan también el viraje hacia la «hotelización» que se produce en este tipo de arrendamientos. Principalmente, porque el 24% del total son sólo para alojarse una noche, frente al 17% de dos noches; el 16% para tres noches; o entre el 23 y el 20% para un plazo de entre 4 y 29 pernoctaciones. A juicio de Hosbec, este dato confirmaría que «nos encontramos en un modelo que pretende sustituir al alojamiento hotelero».

Igualmente, el estudio muestra el carácter empresarial de este tipo de arrendamientos, al revelar que el 57% de los «anfitriones» comercializa a la vez varias propiedades; es decir, que esta actividad se realiza con un objetivo claramente económico. ¿De cuánto dinero hablamos? Las tarifas medias oscilan entre 60 euros por día en temporada baja y 100 euros por día en los periodos de mayor ocupación, teniendo los precios más caros durante los meses de julio y agosto.

En todo 2017, el volumen de negocio de estos arrendamientos fue de 7,9 millones de euros, con agosto de 2017 como mes con mayores ingresos: 2.013.520 euros. En el conjunto del periodo analizado, la cifra superó los 11 millones, algo que, para Hosbec y Visit Benidorm, «indica que nos encontramos ante un auténtico negocio que se escapa del control de las diferentes administraciones y de la recaudación de impuestos».