«Solicito el perdón por el daño realizado». Así reza una parte del escrito de disculpa que el cura de l'Alfàs del Pi, Miguel Ángel Schiller Villalta, presentó el pasado 8 de febrero en el Obispado de Orihuela-Alicante y que responde a las afirmaciones contra la Iglesia y los casos de pederastia que el pasado mes de enero lanzó a través de su perfil de una red social y causaron mucho revuelo. En él, también se retracta de muchas de las afirmaciones que hizo en ese momento.

El Obispado ha hecho público en un comunicado ese escrito en el que el sacerdote pide perdón después de que la institución eclesiástica le pidiera que lo hiciera. Ese documento estaba dirigido al Vicario General. El día 13 y el 20, el Consejo Episcopal y el de Asuntos Jurídicos estuvo valorando esa disculpa y, finalmente, consideraron que debía «darse a conocer» públicamente.

En el escrito de disculpa, Schiller apunta que «me dirijo a V.I. con el fin de expresarle mi firme propósito de vivir mi ministerio Sacerdotal con palabras y obras no sólo en el ámbito privado, sino en el ámbito público, en unión con Cristo y su Iglesia dando testimonio, de modo ejemplar, al Pueblo de Dios». Así añade que «siendo consciente que a través de Internet he realizado afirmaciones impropias que han causado dolor y escándalo, me acojo a su misericordia y solicito el perdón por el daño realizado».

Pero además, se retracta de sus afirmaciones hechas en el mes de enero: «la Santa Madre Iglesia jamás ha sido un negocio corrupto; no todos los cardenales, Obispos y sacerdotes son pederastas y corruptos; me retracto públicamente del contenido de estas afirmaciones, así como del lenguaje expresado; y pido disculpas por el daño que mis afirmaciones y el lenguaje empleado han causado a la Iglesia, a mis compañeros sacerdotes y a cuantas personas haya ofendido«». Para terminar añade que «encomendándome a la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia y en comunión con el Romano Pontífice el Santo Padre Francisco; solicito de V.I. el perdón por el daño realizado».

Schiller, como publicó este diario, acudió a dar explicaciones al Obipado el pasado 24 de enero sobre las afirmaciones que hizo en una red social sobre la situación actual de la Iglesia y los casos de pederastia. Unas opiniones que corrieron como la pólvora, tal y cómo publicó este diario. A pesar de que sólo un día después, el párroco las aclaró en el mismo perfil, pero tuvo que acudir igualmente a Alicante a explicarse en persona.

Tal y como recoge el comunicado de la institución eclesiástica, desde que el párroco de la Iglesia de San José hizo las declaraciones, «se ha procurado proteger, reparar y restablecer la comunión eclesial». Además apuntan que el mismo día 24, Schiller ya «declaró los hechos, pidió perdón y mostró su arrepentimiento» por el «daño ocasionado» poniéndose «a disposición del obispo diocesano».

El 1 de febrero se le volvió a requerir para el día 5, según las mismas fuentes, cuando «se le entregó un documento recordándole» que si bien el uso de Internet «constituye una oportunidad útil para llevar el anuncio evangélico a numerosas personas», el sacerdote «ha de tener presente que su participación en estos nuevos ámbitos deberá reflejar siempre especial caridad, sentido sobrenatural, sobriedad y templanza, a fin de que todos se sientan atraídos no tanto por la figura del sacerdote, sino más bien por la Persona de nuestro Señor Jesucristo».

En el mismo escrito que se le entregó se le «reprendió» siguiendo la normativa eclesial y se le instó a «vivir su ministerio sacerdotal en unión con Cristo y la Iglesia»; además, se le amonestó «advirtiéndole que, si se volvieran a producir comportamientos semejantes, se podría proceder a penas canónicas, sin excluir la suspensión temporal del ejercicio de su ministerio público».

Tras esto, y ya que «su conducta provocó escándalo no solo en la comunidad eclesial local y diocesana, sino más allá», por lo que se le solicitó que hiciera pública su petición de «perdón, arrepentimiento y rectificación» y eso es lo que ha hecho el Obispado en su comunicado.