Color, complementos, música, diversión y mucha participación fueron los grandes ingredientes de la fría noche carnavalesca de Muro y Benidorm. A pesar de las bajas temperaturas, los participantes vistieron sus mejores galas y protagonizaron dos multitudinarios desfiles. La mejor receta, según indicaron, era portar un gran volumen de ropa de abrigo y ganas de pasarlo bien.

Muro se convirtió en la capital carnavalera de la comarca del Comtat, siendo la que más participación congrega año tras año. A pesar de que al principio de la tarde unas pequeñas gotas de lluvia parecían enturbiar la fiesta, pronto desaparecieron y dejaron paso a una fría noche de diversión.

Minutos antes de las siete de la tarde, la calle de La Bola era un hervidero de gente dispuesta a lucir el disfraz, que muchos llevaban confeccionando desde hacía varias semanas. Las «batukadas» marcaban el ritmo en el ambiente y dieron inicio al pasacalles que recorrió las principales vía de la ciudad. Muro se convirtió en un gran escenario de moda en el que no faltaron los diseños originales y los disfraces tradicionales, que sin duda fueron los más multitudinarios en esta edición. Las bajas temperaturas no hicieron mella en ningún momento de la noche. Carnaval en la costa

En Benidorm, el carnaval empezaba desde buena mañana, siendo los niños los grandes protagonistas de tan colorida fiesta. Los más pequeños protagonizaron un desfile de calidad en el que, como no podía ser de otra forma, no faltaron la reina y su comitiva.

Por la noche, las peñas de adultos iluminaron las calles de la ciudad con amplio colorido y llenaron las calles del recorrido de humor y diversión. La fiesta continuó en la plaza de SM Reyes de España hasta bien entrada la madrugada.