Las lluvias de principio de año, junto con las de diciembre de 2016, provocaron que los embalses estuvieran prácticamente en máximos. En el pasado mes de octubre (mes más restrictivo del año), el Embalse de Amadorio disponía de un pequeño exceso de volumen, que se consumió en la primera quincena, lo que hizo que la Confederación Hidrográfica del Júcar no desembalsara el agua, algo que quiso agradecer en su informe el Consorcio de Aguas.