La emoción fue ayer la protagonista en las intervenciones de las Reinas de las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm, Anna Galiana y Ángela Antón, y del presidente de la Comissió de Festes, Antonio Vicente Fuster. Una emoción que pasó a ser llanto a la vez que avanzaban en sus discursos.

El acto de ayer de la Ofrenda terminó con el verso a la Verge de manos de la Reina Infantil, Ángela Antón. Tras ella, la Reina Mayor, Anna Galiana, cogió el turno. En su intervención las lágrimas adquirieron protagonismo al recordar a su padre que también era festero. Además hizo un resumen de su año en el reinado diciendo que «ser reina ha sido para mí una ilusión indescriptible» porque desde pequeña «he participado en las fiestas».

Al presidente de la Comissió de Festes también le invadió la emoción cuando nombró a los mayorales que le han acompañado durante su año de mandato. Además, recordó el lema que ha acompañado a esa comisión: «orgull, arrels i tradició» para hacer su intervención. Unos valores que «me inculcaron mis padres y que me llevaron a ser presidente», añadió.

Fervor y devoción

Para terminar, y antes de que sonaran los himnos de Benidorm y de la Comunitat Valenciana, fue el alcalde Toni Pérez quien agradeció a Juan Ángel Ferrer su discurso por ser «magnífico» y, aunque recalcó el carácter político que había tenido, destacó que el pregonero «es médico».

Con todo el primer edil de Benidorm recalcó el «fervor y devoción de un pueblo que cree» en aquel momento de 1740 en que llegó la imagen de la Virgen a Benidorm a un pueblo que «sin saberlo, salió a buscarla».