Más de 2.000 años de historia en 46 metros cuadrados. Esto es lo que se encontró el servicio municipal de Arqueología de La Vila cuando entró en los restos arqueológicos localizados en la plaza de la Generalitat. Las excavaciones y posterior análisis han desvelado que bajo ese tramo de calle se conservan estratos de siglos de historia.
Las investigaciones se iniciaron por la construcción de una red de pluviales promovida por las concejalías de Aguas y de Urbanismo y ejecutada por la empresa Hidraqua. El resultado, según explicaron fuentes de Vilamuseu a este diario es «una de las excavaciones arqueológicas más importantes realizada en el municipio». Los trabajos de excavación han sido dirigidos por el departamento de arqueólogos con la colaboración del Archivo Municipal en la posterior documentación.
Las mismas fuentes explicaron que la «extraordinaria importancia histórica del yacimiento contrasta con las exiguas dimensiones del área excavada». Y es que hay tan sólo 2 metros de ancho y 46 metros cuadrados, en los que se ha llegado a una profundidad de 6 metros, lo que sólo supone un 1,4% de la superficie total de la plaza. Todo en una zona donde se han extremado las medidas de seguridad ya que cuenta con mucho tráfico rodado.
Una vez realizados los trabajos, la fase más profunda y antigua a la que se ha llegado es a muros de los siglos II-I a. C. Estos restos corresponderían al momento en que la ciudad ibérica experimentó una «gran expansión y se asentó en sus afueras un campamento de las legiones romanas durante las Guerras Sertorianas».
Tras ese estrato, se ha localizado un segundo período de ocupación en esa plaza de la Generalitat que correspondería con el Alto Imperio romano. «Todo apunta a que estamos en el entorno del foro o plaza pública de la ciudad romana de Allon», según explicaron las mismas fuentes.
Más estratos
La excavación muestra un cese de la actividad de la zona a partir del siglo IV. La zona se volvió a ocupar en el siglo XV, cuando se construyó una vivienda que se usó hasta 1538. En esta fecha se produjo el «famoso ataque de una flota berberisca que supuso la destrucción de la casa». Por lo que, con estos restos, es la primera vez que se ve una huella del gran ataque del día de Santa Marta.
Tras este episodio se prohibió volver a construir en la plaza, y así fue hasta el siglo XVII, cuando se levantó una nueva vivienda que sólo estuvo en pie hasta la Guerra de Sucesión, en 1706, cuando se mandó que fuese derruida, en previsión de un asedio que llegó en 1708. Se han hallado los restos de escoria y objetos de hierro que los documentos sitúan en la casa que se mandó derruir, según las mismas fuentes. Además, según se perforando las capas se ha localizado una red de tuberías cerámicas de saneamiento de finales del siglo XIX.
Pero las excavaciones aún guardaban una última sorpresa: bajo los restos romanos, apareció un túnel excavado en mina y utilizado como refugio antiaéreo de la Guerra Civil Española (1936-1939). El refugio estaba parcialmente colapsado y se documentó todo lo posible con las necesarias precauciones.
Un periódico de 1939
En su interior se pudieron recuperar algunos objetos de la época, como casquillos de bala, latas de conserva y, especialmente, una botella de vidrio con la impronta de un papel de periódico utilizado para envolverla, donde se puede leer la fecha «10 aprile 1939», así como el título del periódico italiano «La Gazzetta dello Sport».
Este documento estaría relacionado con la División Littorio, formada por tropas de legionarios italianos con tanquetas que llegaron a La Vila el 1 de abril de 1939, después de la victoria de las tropas rebeldes, con el fin de controlar el municipio.
La intervención arqueológica llevada a cabo «ha sido una de las más complejas y a la vez una de las más importantes jamás realizadas» en la localidad, según apuntaron las mismas fuentes.
