El Bou Ferrer se hundió entre el año 64 y el 68 después de Cristo. Las excavaciones de este verano en el yacimiento subacuático de La Vila Joiosa han localizado dos monedas, un sestercio y un dupondio, ambos del emperador Nerón, lo que permite fijar la fecha del naufragio del pecio en los últimos años de su reinado.

Entre el 15 julio y el 20 de septiembre se realizó una campaña de excavación arqueológica subacuática que ha contado con el barco Thetis, del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña, y uno de los mejores equipos de arqueólogos subacuáticos del país.

El barco ha servido además de centro de operación y de logística en la que también han participado la Universidad de Alicante, el Ayuntamiento de La Vila Joiosa y el Club Náutico.

Junto a las monedas también se ha encontrado un lingote de plomo con una contramarca estampillada con el acrónimo IMP GER AVG (Imperator Germanicus Augustus) que hace referencia a emperadores de la dinastía Julio Claudia como Tiberio, Calígula, Claudio o Nerón.

La novedad de la campaña realizada este verano ha sido descubrir la contramarca NER.CA (Neronis Curator Aquarum) que haría referencia al responsable del sistema hídrico de la ciudad de Roma, senador delegado por el propio emperador, que se ocupaba del mantenimiento de acueductos y el sistema de canalizaciones de la ciudad.

Conocer al Curator

Entre el 64 y 68 d. C. los posibles Curatores Aquarum fueron Publius Marius, Fonteius Agrippa y Vibius Crispus. Los investigadores apuntan que uno de estos senadores fue quien envió a un delegado de alto rango, depositario de los sellos imperiales, para realizar la compra y verificación del plomo procedente de Sierra Morena que se encontraba almacenado en el puerto de Gades (Cádiz).

Apuntan entonces que son necesarias nuevas campañas de excavación para determinar quién fue el Curator y cuál fue su principal cometido. Pero la interpretación inicial de que el Bou Ferrer transportaba un encargo del emperador Nerón «es ya un hecho incuestionable», como lo es que el puerto de destino era Roma.La compra de un importante lote de plomo, normalmente usado para la fabricación de tuberías para llevar el agua potable a todos los barrios de Roma y a las casas de los más pudientes, plantea la posibilidad que este cargamento del Bou Ferrer comprado por el poder de Roma, fuera destinado a la reconstrucción de la ciudad que ardió en el Gran Incendio del 64 d.C.

De los mejor preservados

A nivel de su arquitectura naval, este año, en el yacimiento se ha hecho el descubrimiento de un costado del barco hasta la borda, siendo éste el segundo caso documentado por la arqueología, lo que abre la posibilidad de que el Bou Ferrer sea un de los pecios romanos mejor preservados que se conocen.

La directora general de Cultural y Patrimonio, Carmen Amoraga, calificó ayer de «cruciales los trabajos desarrollados este año para avanzar en la investigación del pecio que poco a poco va desvelando sus secretos: su historia y su cometido». También ha destacado la «rentabilidad temporal y profesional porque se han cuadruplicado los turnos de buceo, el número de investigadores y el tiempo de campaña».

En la presentación de los resultados de las excavaciones participaban el alcalde del municipio, Andrés Verdú, el director del Museo de Arqueología de Catalunya, Josep Manuel Rueda, y la vicerrectora de la Universidad de Alicante, Mónica Martí.

Desde que en 1999 se descubrió el pecio en las costas de La Vila se han realizado varias intervenciones arqueológicas financiadas por la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana, en las que se han descubierto centenares de ánforas que transportaban una salsa de pescado muy apreciada en Roma , el garum, y barras de lingotes de plomo. En el año 2014 fue declarado Bien de Interés Cultural y, en 2017, la UNESCO lo ha incluido en su Registro de Buenas Prácticas en Arqueología Subacuática.