Benidorm siempre ha tenido un estrecho vínculo con la Marina Mercante. Ahora, todo ese pasado marinero y de capitanes podrá verse en una exposición en el Museo de Boca del Calvari bajo el lema «El legado de nuestros marinos».

La muestra fue abierta ayer y se podrá ver hasta el 15 de noviembre. El alcalde, Toni Pérez, y la concejal de Patrimonio Histórico, Ana Pellicer, acudieron a la inauguración de este repaso por un pasado repleto de marineros, capitanes, ´posits´, calafates, buques, vapores y cartas de navegación.

La exposición ha sido comisionada por el director del área de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento, Antonio Couto, y por Eusebi Chiner y César Evangelio; y ha sido posible «gracias a la colaboración altruista» de más de 50 particulares que han cedido temporalmente las piezas y objetos que llenan las tres plantas del museo, tal y como señaló ayer el alcalde.

Durante la inauguración, Pérez recalcó que esta exposición era «una asignatura pendiente» y a la vez «un reto», y valoró «el fantástico trabajo coral» desempeñado por el equipo de Patrimonio Histórico y por los comisarios de la muestra, que han invertido numerosas horas en investigar, documentar y plasmar el pasado marino de Benidorm.

El alcalde incidió en que aquellos hombres de la Marina Mercante «vieron mundo cuando nadie podía hacerlo» lo que ha configurado, sin duda, el carácter de la ciudad. Sus mujeres, que esperaban en Benidorm, fueron las que custodiaron los objetos exóticos y curiosos traídos de los viajes por ultramar y que ahora pueblan las vitrinas de la segunda planta de Boca Calvari. Entre esos objetos, que en muchos casos han sobrepasado con creces el siglo de vida, hay juegos de porcelana china, mantones de manila, abanicos hechos en Filipinas, polveras, visores de diapositivas, parasoles e incluso un biombo.

La concejal de Patrimonio Histórico agradeció «a las familias que nos han cedido esos tesoros, los suyos, para hacer todavía más grande el tesoro que es esta exposición», cuya finalidad es «difundir y conservar las tradiciones e historia de nuestra ciudad».

El relato de la exposición, que se inicia con proyecciones de vídeo y con un texto de la recientemente fallecida Josefina Orts i Bosch, se articula a partir de las piezas aportadas por familias de Benidorm como una mesa de cabina, el lavabo de un vapor, prismáticos, bocinas, brújulas y otros aparatos de orientación, cuadernos de cálculos, correderas náuticas, baúles de viaje, herramientas de calafate o prendas de uniforme.

Eusebio Chiner apuntó que «El legado de nuestros marinos» es una exposición abierta y fruto de «cerca de dos años de trabajo», y adelantó que «todo el contenido de la muestra se recogerá en un catálogo» que estará listo en las próximas semanas.