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Marina Baixa

Médicos a la caza del maltrato

Los sanitarios del departamento de salud de la Marina Baixa son los que más cribados realizan para detectar casos ocultos de violencia de género

La gerente y el director de Primaria, exponiendo los datos. DAVID REVENGA

Los médicos de familia del departamento de salud de la Marina Baixa, y por extensión el resto del personal administrativo y sanitario de Atención Primaria, se han implicado de lleno en una labor sencilla, discreta, pero que puede acabar siendo de vital importancia en la lucha contra la violencia sobre la mujer. Dos simples preguntas relacionada con esta lacra social, realizadas en la intimidad de la consulta y siempre con el consentimiento de la paciente, están contribuyendo enormemente en hacer aflorar casos ocultos de violencia que, de otro modo, quizás las víctimas no hubieran acabado confesando nunca.

«¿Sabes qué es la violencia de género?» y «¿A lo largo de tu vida has sufrido algún tipo de violencia de género física, psicológica o de otro tipo?» son las dos cuestiones que forman parte de este cribado, impulsado por la Conselleria de Sanidad a través de la aplicación SIVIO (el Sistema de Información para la Detección y Actuación frente a la Violencia de Género), y que ha situado a la Marina Baixa como el departamento con mayor número de pruebas realizadas de la Comunidad, gracias a la implicación de todo el personal sanitario.

En concreto, durante los primeros ocho meses del año, los médicos de Primaria de la comarca han realizado un total de 2.488 cribados, de entre los cuales se detectaron 89 casos positivos y otras 51 posibles víctimas de haber padecido algún tipo de violencia. O, dicho en otras palabras, un 5,6% del total de mujeres consultadas de enero a agosto acabó reconociendo estar sufriendo o haber sufrido maltrato en algún momento de su vida, según explicaron la gerente del departamento, la doctora Rosa Louis Cereceda, y el director médico de Atención Primaria, Antonio Santonja, los dos impulsores del proyecto en la comarca. A partir de ahí, si la mujer relata su caso, el médico le ofrece activar todo el protocolo contra los malos tratos y si ésta acepta, se pone en marcha toda la maquinaria para denunciar al maltratador.

Un problema de salud

El empeño de estos profesionales por desarrollar dichos cribados, además de por su convicción de que la violencia machista es un asunto que exige que todos tomemos partido, tiene otra razón de peso. «La violencia de género es también un problema de salud y que cada vez va a ir a más», explica Cereceda. Y Santonja apostilla: «La persona que sufre violencia acaba teniendo depresión, ansiedad, problemas intestinales, problemas de tránsito, adicciones,... En ocasiones estás viendo a una paciente en la consulta que presenta un cuadro complejo con alguna o varias de estas dolencias juntas y resulta que la causa de todo está en la violencia», agrega el facultativo, mientras explica que «ahí reside la importancia de poder detectar cuanto antes estos casos, sin esperar a que la mujer venga a Urgencias con un ojo morado u otro tipo de heridas, sino sin la necesidad de que exista una sospecha de maltrato previa».

De la duda a la implicación

La realización de estos cribados comenzó en el departamento de una forma muy discreta. «Teníamos la sensación de que a los usuarios no les gustaba que les preguntáramos sobre este tema y los profesionales teníamos como miedo o pudor a la hora de preguntar», explica el director de Primaria. Por eso, cuando en febrero asumió la responsabilidad de este nuevo cargo en el departamento, comenzó a darle vueltas al modo de normalizar esta situación para romper la barrera entre médicos y usuarios.

En los centros de salud se colgaron carteles en los que invitaban a las mujeres a pedir a su doctor que le realizara «esas preguntas», sin explicar en ningún momento el contenido de la campaña. Y, como relata la gerente, eso representó «un antes y un después» a la hora de hacer los cribados.

Rota la barrera inicial, con la ayuda de un sanitario del centro de salud de Callosa d'en Sarrià se elaboró un logotipo, que se distribuyó también con carteles y folletos por todos los ambulatorios. La respuesta fue tan brutal como inesperada, lo que les llevó a dar un paso más.

La campaña se hizo itinerante y recorrió los pequeños municipios de la Vall de Guadalest, donde prácticamente todos sus vecinos se retrataron con estos carteles, camisetas o pancartas para decir «NO» a la violencia de género. Y, como colofón final, ayer la plaza mayor de Benimantell acogió una intervención comunitaria sobre este tema en la que también participaron vecinos Confrides, el Abdet, Beniardá y el Castell de Guadalest. Además de una merienda popular y el pase de un pequeño vídeo explicativo de los resultados de los cribados llevados a cabo por los médicos de Primaria de toda la comarca, se repartieron camisetas con el logotipo de la campaña y se agradeció a la población su colaboración con el proyecto.

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