La plantilla de la Policía Local de Benidorm tiene un déficit de, al menos, 40 agentes sobre la cifra idónea para poder atender las necesidades reales de la población. Sobre todo, en verano. El presupuesto de la ciudad es incapaz desde hace años de asumir ese notable incremento de plantilla que hace falta. Para cubrir más mal que bien los parches en su principal cuerpo de seguridad, el Consistorio ha de recurrir a policías interinos -que, por ejemplo, no pueden llevar arma- o a reclutar agentes de otros municipios. Éste es solo un ejemplo de lo que ocurre diariamente en los principales municipios turísticos del país, donde los ayuntamientos han de hacer malabares con unas cuentas sustentadas por los impuestos de unos pocos y con las que han de dar servicio -seguridad, limpieza, infraestructuras...- a una población real que, muchas veces, multiplica por tres, por cuatro o por cinco a la censada.
El principal culpable de esta situación es, para Hosbec, la escasa financiación que los municipios turísticos perciben del Estado. Y, para constatarlo, nada más sencillo que acudir a los números. Un informe elaborado por la patronal hotelera de Benidorm y la Costa Blanca refleja que Benidorm y los otros siete municipios con más pernoctaciones hoteleras del país -dejando al margen a Madrid y Barcelona- figuran entre los que menos aportación estatal ingresan en sus presupuestos. Se trata de Adeje, Lloret de Mar, San Bartolomé de Tirajana, Calvià, Arona, Salou, Torremolinos y Benidorm, municipios que, todos juntos, aglutinan más de 50 millones de pernoctaciones hoteleras al año.
La media de ingresos del Estado en este «G8» del turismo, que se calcula en función de la población empadronada en cada municipio, no alcanza el 14% mientras que a ciudades como Ferrol, Ponferrada, Sevilla, Zaragoza o Valencia llegan más del doble de fondos procedentes de Madrid, tal y como puede observarse en la tabla anexa a esta información, sin contar con las inversiones extraordinarias que también perciben por otras vías.
Para el presidente de la patronal turística, Toni Mayor, este sistema de financiación representa «una tomadura de pelo y un ninguneo», como expresa en la tribuna de opinión que acompaña a esta noticia. En ella también afea a los principales partidos políticos que ninguno de ellos haya querido «abordar» un asunto «que nos arrincona como la región de España con menores ingresos e inversiones por ciudadano» y que, a su juicio, responde al hecho de que no se le haya dado al sector turístico la relevancia que realmente tiene sobre la economía y el empleo en nuestro país.
La opinión de los políticos
En este hecho también coinciden algunos de los principales representantes turísticos de esos grandes partidos: PP y PSOE. El secretario autonómico de Turismo, el socialista Francesc Colomer, quien afirma haber sufrido en sus propias carnes los problemas de infrafinanciación en su etapa como alcalde de Benicàssim, apeló a la necesidad de que las administraciones «entiendan de una vez que el turismo es un tema de Estado» y, como Mayor, lamentó que hasta la fecha «nadie se haya querido preocupar por arreglar un problema histórico». Colomer destacó que él mismo, por medio del Gobierno valenciano, va a intentar impulsar a corto-medio plazo diversas acciones para intentar paliar en parte estas desigualdades. Aunque reconoció que la mayor responsabilidad es estatal y que, en este caso, «la solución no vendrá hasta que «el turismo esté en la médula del relato económico del país y el sector turístico sea concebido con la importancia que merece».
El alcalde de Benidorm, el popular Toni Pérez, opina de la misma manera. El regidor, que junto a los alcaldes de los otros siete municipios perjudicados por la infrafinanciación ha promovido una entente de destinos de sol y playa para exigir mejoras, también considera que el problema, pese a tener como base la Ley de Haciendas Locales, va mucho más allá: «Esta entente de municipios lo que quiere reivindicar es que se tenga en cuenta la singularidad de los destinos pioneros del turismo de sol y playa y se les dote presupuestariamente de un plan como se ha hecho otras veces en sectores como el de la minería o el del automovilismo». «Somos municipios singulares por lo que representamos y tenemos que romper la barrera y los complejos que nos han rodeado siempre, haciendo ver que el turismo es una industria más potente que cualquier otra», mantiene el regidor benidormense.
Por su parte, el senador Agustín Almodóbar, también del PP y quien en 2010 reabrió el debate por el no reconocimiento de Benidorm como municipio turístico exigiendo al Gobierno de ZP un cambio en el famoso artículo 125 de dicha ley «y luego todos se subieron al carro». El benidormense reconoce que «tradicionalmente, desde el ámbito político no se ha prestado al turismo el peso que merece», aunque cree que ahora las cosas están cambiando. Almodóbar se mostró «convencido» de que antes de que acabe la legislatura se acometerá la reforma de la ley de financiación autonómica y local, «dentro de la cual los municipios turísticos tendrán un peso específico». Y entonó el «mea culpa»: «En la pasada legislatura no se pudo hacer porque la prioridad era la economía y crear empleo, pero de ésta no pasa», confió. Veremos.
