Los tratamientos «milagrosos» para acabar con enfermedades han llegado también a la agricultura. La Unió de Llauradors ha detectado que en los últimos días han surgido «innumerables ofertas» para eliminar la Xylella Fastidiosa, una bacteria que acaba con los árboles a los que infecta.

Así lo explicaron en un comunicado en el que alertan de estos tratamientos «milagrosos» que se están vendiendo o anunciando, hasta de forma gratuita en los últimos días y que podrían ir a más. La asociación explicó que estos supuestos tratamientos «no eliminan de ninguna manera la Xylella Fastidiosa» en los árboles afectados y «sólo pueden reducir como mucho los síntomas de la enfermedad».

En concreto, esta plaga afecta a almendros, olivos, vid, cítricos, frutales y plantas ornamentales de forma que colapsa los vasos vegetales e impide que se desplace la savia y el agua, lo que provoca que el vegetal vaya decayendo.

En la Marina Baixa ya han confirmados tres focos que se han visto afectados por esta bacteria. El primero de ellos el pasado mes de julio en Guadalest donde se acabó con los ejemplares afectados en una zona de siete hectáreas de almendros. Los otros dos se han detectado también en este tipo de frutal en Benimantell.

A pesar de la preocupación que tiene el sector por este tema, desde la Unió quieren alertar sobre los posibles timos en tratamientos. Así apuntaron que los «expertos» de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) han sido «muy claros»: «los tratamientos reducen los síntomas de la enfermedad pero no eliminan en ningún caso el patógeno de las plantas infectadas».

Más apoyo

Para combatir esta plaga que está acabando con cultivos, la Unió de Llauradors solicitó «más apoyo para la investigación con fondos europeos y estatales» porque se trata de «un grave problema para las administraciones y, sobre todo, los agricultores afectados».

En la actualidad, la única solución que existe es la que se ha puesto en práctica en Guadalest y que contempla «la erradicación para evitar la propagación», indicaron. Es más, «el control directo sobre la bacteria no es posible de momento y no hay productos fitosanitarios que actuen directamente contra él».

La entidad de agricultores explicó que sí se pueden realizar actuaciones de «prevención» como buenas prácticas de gestión de suelo, de fertilización y de riego. Además de buena gestión de la poda y los restos que genera y control de los vectores con algunos productos concretos.