Tapados, con gorra y pocas ganas de hablar. Así llegaron y se fueron los cuatro investigados por la muerte de la joven escocesa Kirsty Maxwell, que el pasado 29 de abril falleció al precipitarse desde la planta décima de un edificio de apartamentos en Benidorm. La jueza decretó para ellos libertad provisional tras oír su declaración. Ellos y otro de los jóvenes que los acompañaba están siendo investigados por un presunto delito de homicidio.

Los cuatro ingleses habían sido citados a declarar tras la petición del abogado de la familia de la víctima, Luis Miguel Zumaquero, a la jueza para intentar que «aclararan su participación» en los hechos que sucedieron aquella mañana. Para ellos, el letrado solicitaba prisión provisional al considerar que tienen «poco arraigo» en España y que nadie garantiza que vuelvan «voluntariamente» si más adelante se celebra un juicio.

Por los hechos hay un quinto investigado que no compareció este miércoles porque ya fue detenido y puesto en libertad al ser el último que había tenido contacto con la fallecida.

Los cuatro jóvenes llegaron al aeropuerto de Alicante el martes y se hospedaban en un hotel a escasos metros del Juzgado de Benidorm. Sobre las 10.15 horas se dirigieron al edificio y prestaron declaración a las 11.00 horas. Tres horas después, los cuatro volvían a salir por la puerta, tapados hasta las orejas y con gorras, para volver al hotel.

Dentro de la sala, según ha podido saber este diario, sólo han contestado a las preguntas de su abogado y han ratificado la declaración policial que hicieron el día de los hechos y que «fue muy extensa». En ella aseguran que «no estaban en el momento» en que la joven «se lanzó o cayó por el balcón», según explicó el abogado de la defensa, Roberto Sánchez.

El letrado indicó a la salida de la declaración que sus defendidos explicaron al juez que la joven «entró por error en la habitación», situada en el piso superior al suyo y cercana a la de otras amigas. Así apuntaron que estaba «bastante desorientada» y que ellos «estaban en distintas estancias», unos durmiendo y otros «bebiendo» por lo que «no pudieron ver nada».

Por su parte, la acusación no ha podido preguntar por «las incongruencias y contradicciones» en las declaraciones aunque sí han quedado reflejadas sus preguntas.

El abogado de la familia considera que el informe policial de aquel día «es claro» ya que recoge que «la reacción de la joven es comparable a la de una persona que salta de un edificio en llamas». Para Zumaquero, «si esa situación de terror se ha dado, todo parece indicar que ha sido por la actuación de los investigados». Con todo especificó que el informe de toxicología «no refleja el consumo de drogas» por parte de la joven.

Sin riesgo de fuga

La declaración ante el juez acabó con la puesta en libertad provisional de los cuatro investigados a pesar de que el abogado de la familia solicitaba la prisión provisional. La razón: el «poco arraigo» que los jóvenes tienen con España ya que «la única vinculación era ese momento que vinieron de vacaciones», argumentó Zumaquero. Es decir que «cómo nos aseguramos que, una vez que avance el procedimiento, vuelvan voluntariamente», por eso, «hemos pedido la medida provisional».

Sin embargo, el letrado de la defensa afirmó que «no hay ningún riesgo de fuga. Han venido aquí voluntariamente. Aquel día salieron de España y ni siquiera habían comparecido como testigos en el juzgado».

Tras la cita en el juzgado, la instrucción por un presunto delito de homicidio contra los investigados sigue en marcha y habrá que esperar para saber si se abre juicio contra los implicados. Mientras, la familia seguirá luchando para que se sepan las causas de la muerte de la joven el pasado 29 de abril cuando estaba celebrando una despedida de soltera con unas amigas en Benidorm.