La herramienta articulada por el Ayuntamiento de Benidorm hace casi dos décadas para incentivar la renovación de la planta hotelera a cambio de una serie de bonificaciones urbanísticas ha terminado por volverse en contra del sector. El hecho de que ahora la administración local exija, en primera instancia, parte de los terrenos del alojamiento a cambio de ampliar su número de camas es el punto de la discordia. Una discrepancia que ha vuelto a salir a flote a raíz de la segunda revisión de la modificación número 1 del Plan General, que es la que da forma a este instrumento, y que ahora volverá a ser actualizada para coordinarla con una nueva norma autonómica en este mismo sentido.
Cabe recordar que la segunda actualización de la modificación del Plan General que permite a los hoteles exceder su edificabilidad salió a exposición pública hace unos meses. Entonces, la patronal hotelera Hosbec aprovechó la coyuntura para dejar claro su disconformidad ante la fórmula escogida para compensar el aumento de camas de los hoteles. Un sistema que establece que todos aquellos alojamientos que puedan hacerlo deberán entregar un porcentaje de sus terrenos para que pasen a formar parte de la vía pública. O dicho de otra forma, todos aquellos hoteles que amplíen su capacidad y cuenten con suelo alrededor del edificio destinados a otros usos como zona de piscina o terraza para el esparcimiento de sus clientes, deberán entregar parte de los mismos al Ayuntamiento, convirtiéndose así en patrimonio municipal. En caso de que el hotel en cuestión no cuente con terrenos disponibles para realizar este intercambio con el Ayuntamiento podrá comprar suelo dotacional en otra zona del municipio o, en última instancia, zanjar el acuerdo con una compensación económica. En ese orden.
Una disposición que quedó establecida hace unos años, cuando gobernaban socialistas y liberales, y con el que no están conformes desde la patronal hotelera. De ahí que aprovecharan la segunda revisión de la modificación número 1 del Plan General para presentar alegaciones e intentar suprimir ese orden.
Estudiar cada caso
«Entendemos que si se supera la edificabilidad permitida para el alojamiento hay que realizar alguna contraprestación pero no queremos que la prioritaria sea la cesión de metros de nuestras parcelas, que en muchos alojamientos ya son pequeñas», apuntaron ayer fuentes de Hosbec a la vez que insistieron en que, a su juicio, se puede modificar esa prelación para que Ayuntamiento y afectado lleguen a un acuerdo, según cada caso. De esta forma, los hoteles que quisieran ampliar su capacidad podrían negociar con la administración local cómo compensar ese exceso de construcción sin necesidad de tener que sacrificar parte de sus propios terrenos que, además, están destinados a ofrecer una serie de servicios en el alojamiento para mejorar la oferta final que, a la postre, es lo que busca ese premio hotelero: garantizar la calidad de los establecimientos. Pese a todo desde la patronal admitieron que aunque con «mal sabor de boca» entienden la urgencia de aprobar esta revisión ya que hay varios proyectos de reformas de hoteles encima de la mesa pendientes de la actualización.
No hay que olvidar que la medida, que nació bajo el gobierno popular de Pérez Devesa y quedó bautizada como «premio hotelero», buscaba una mejora en la calidad de los alojamientos de la ciudad turística, a través de habitaciones más grandes o mediante más zonas de recreo para sus clientes, con el fin de aumentar la categoría de los mismos. Para ello, la administración municipal permitía exceder la edificabilidad de los establecimientos eso sí a cambio de una serie de contrapartidas que nunca llegaron a fijarse y, por ende, tampoco se exigieron.
Algo que se corrigió hace unos años y que ahora ha vuelto a ser revisado para proteger algunos de los parámetros que, en su momento, estableció Benidorm para garantizar la calidad de sus hoteles frente al Decreto Hotelero del Consell.
La norma autonómica es menos restrictiva con algunas cuestiones como, por ejemplo, el tamaño de las habitaciones, al no obligar que tengan un mínimo de metros para formar parte de una categoría frente al premio hotelero municipal que sí lo hacía.
