La «Xylella Fastidiosa» ha llegado al Valle de Guadalest y ha desatado todas las alarmas. Tras el primer brote detectado de esta bacteria en una parcela de Guadalest a principios de julio, las previsiones de que no se extienda por el resto de cultivos e incluso municipios no son buenas, lo que ha desatado el temor no sólo de los agricultores, sino de alcaldes y hosteleros.

Esta plaga afecta a almendros, olivos, vid, cítricos, frutales y plantas ornamentales de forma que colapsa los vasos vegetales e impide que se desplace la savia y el agua, lo que provoca que el vegetal vaya decayendo.

Según ha podido saber este diario, a la primera plaga detectada en ese terreno de almendros se suman ya otros dos focos en Benimantell. Y podrían no ser los únicos en la Marina Baixa, lo que ha hecho que los agricultores teman por sus cultivos.

Así lo trasladaron el pasado martes a los técnicos de la Generalitat que acudieron a una reunión informativa en Guadalest. El Consell es quien se ha encargado de poner en marcha el protocolo que marca la Unión Europea en estos casos y que contempla arrasar con todos los árboles y cultivos en un radio de 100 metros cuando se detecta un foco.

En el caso de Guadalest, la retirada de los ejemplares afectó a una zona de siete hectáreas de almendros, árboles a punto de ser recolectados ya que la campaña empieza dentro de un mes.

Pero los agricultores no son los únicos que mostraron su preocupación. A la reunión también acudieron los alcaldes de los municipios que comprende el valle, así como los hosteleros de la zona.

Afectará al turismo

En el caso de estos últimos, el temor va más allá ya que podría afectar al turismo. Si se arrasa con esa superficie cada vez que hay un foco, «acabaran con todo» en una zona donde la riqueza paisajística es inmensa y que cuenta con un plan de actuación específico.

Los afectados aprovecharon la reunión para mostrar su descontento por las medidas que el Consell tomó ante la parcela afectada. La queja no es otra que no se avisó a los propietarios y se hizo todo de forma precipitada.

«No nos oponemos a que arrasen con los campos si es lo que hay que hacer pero queremos que se analicen todas las opciones antes», explicó a este diario uno de los asistentes. Por ello, exigieron a la Conselleria que «se analice bien la situación y luego se tome una decisión» antes de llevarse por delante el trabajo de un año con pérdidas valoradas en miles de euros.

Con todo, los afectados indicaron que la Conselleria les reconoció que «es una enfermedad de crecimiento lento y que puede tardar años en desarrollarse. De hecho se han detectado ejemplares que llevan años enfermos». Ante esto, no entienden la precipitación en la solución adoptada en la parcela de Guadalest.