Cientos de personas acudieron ayer hasta el Ayuntamiento de Benidorm para dar su más sentido adiós al exalcalde Miguel Pérez Devesa, fallecido el domingo por la noche en su domicilio a los 85 años de edad, y para arropar a su mujer, sus seis hijos, trece nietos y demás familia. La capilla ardiente, instalada en el salón de plenos municipal, fue desde pasado el mediodía un ir y venir de amigos, conocidos y vecinos, de Benidorm pero también de otros puntos de la comarca, que no quisieron dejar escapar la ocasión de rendir un homenaje al hombre que gobernó Benidorm durante tres años fundamentales en la historia de España -de 1974 a 1977, coincidiendo con la Transición-; que fue hermano de otro reconocido y fallecido alcalde -Vicente Pérez Devesa-; y que dedicó también la mayor parte de su vida al servicio de la población por su condición de médico de familia, profesión que ejerció hasta su jubilación.

El féretro de Don Miguel, como le llamaba casi todo el mundo en Benidorm, llegó al Consistorio poco antes de las doce del mediodía y fue recibido por el alcalde de la ciudad, Toni Pérez; una amplia representación de la corporación municipal; funcionarios; amigos y por su numerosa familia.

Minutos después, los restos mortales del exalcalde quedaron ubicados en el salón de plenos, escoltados por dos policías locales en traje de gala y una imagen de la patrona y alcaldesa perpetua de Benidorm, la Virgen del Sufragio. Allí permanecerán hasta esta mañana, minutos antes de su traslado hasta la iglesia parroquial de San Jaime y Santa Ana, donde a las 11 horas tendrá lugar la misa funeral.

El Ayuntamiento de la ciudad decretó ayer dos días de luto oficial, suspendió todos los actos programados en la agenda y bajó sus banderas a media asta como muestra de duelo y respeto.

Vocación de servicio

Si en algo coincidieron muchos de los benidormenses que se dieron cita para despedir a Don Miguel, como se le conocía en Benidorm, fue en su vocación de servicio al prójimo, pero también su sentido del humor, su agradable conversación y sus fuertes convicciones a la hora de encajar cualquier situación.

«Miguel Pérez Devesa fue un hombre bueno, afable, con un sentido del humor como pocos y un gran alcalde», destacó ayer el primer edil Toni Pérez. El regidor recordó que la etapa de Pérez Devesa en la Alcaldía coincidió «con unos momentos muy complicados», y en los que Benidorm «empezaba a tener la posibilidad de consolidarse como ese destino turístico». A su juicio, Miguel Pérez Devesa fue «uno de los alcaldes que supo leer perfectamente la realidad en su momento y seguir aplicando el trabajo quizá iniciado por otros, pero con su sello y su impronta personal».

«Visión crítica» y «servicio a los demás» fueron otras de las cualidades que destacó ayer Toni Pérez, quien además le agradeció públicamente que siguiera siempre «aportando ideas y proyectos, con independencia de quien estuviera al frente del Ayuntamiento».

El exalcalde del PSOE Agustín Navarro también se sumó ayer a la opinión de que Miguel Pérez Devesa fue «un gran alcalde». El edil socialista, que siendo alcalde le rindió homenaje junto a otros exalcaldes para resarcirle de su abrupta salida del Consistorio, se refirió a la condena que recibió por inscribir a su hijo como nacido en Benidorm para destacar que este hecho «demuestra que fue una persona de convicciones firmes y benidormeras, que defendió hasta el final».

La portavoz de Liberales, Gema Amor, con quien le unía una gran relación personal y política, destacó su «sarcasmo y su inteligente sentido del humor», así como el «tono ácido de todos sus comentarios sobre la actualidad». Amor también agradeció públicamente su legado, «el de un hombre bueno, coherente en su forma de pensar y que lo dio todo por Benidorm».