Una tromba de agua ha sorprendido hace escasos minutos a vecinos y turistas y ha vaciado calles y playas en Benidorm y otros puntos de la Marina Baixa. Aunque las precipitaciones han caído con bastante intensidad, no han servido de momento para aliviar el intenso calor que se vive desde hace unos días, sino todo lo contrario. De hecho, la sensación de bochorno es todavía mayor y así seguirá, al menos, en los próximos días. El agua, además, cae mezclada con el polvo que hay en suspensión en la capas altas por lo que se tranforma en barro.

La tormenta ha venido provocada por la formación de una gota fría en el oeste de la Península, que dejará varios días de inestabilidad en la provincia, aunque se prevé que persista el calor.

En Benidorm, además, las precipitaciones han ido acompañadas de truenos y algún que otro relámpago, que han causado mucha curiosidad entre quienes en esos momentos estaban todavía en la playa.

En Alicante, la tromba ha dejado unos 5 litros por metro cuadrado. Durante la fase más fuerte de la tormenta, también ha estado acompañada de varios rayos, uno de los cuales ha caído sobre un árbol en la avenia de la Condomina provocando un pequeño incendio, junto a la residencia de ancianos Novaire.

Seguirá el calor

En la costa seguirá hoy, por tanto, el calor, sobre todo por la noche cuando el mercurio no bajará de los 23 grados. Soplará viento de poniente lo que elevará las máximas entre 32-34º en toda la provincia, según la previsión del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.

Desde 1981 no se recordaba un episodio de calor tan intenso a comienzos del verano que tuvo su máximo exponente el pasado junio, sobre todo en la parte de mes en la que todavía era primavera. Se debió a una invasión muy potente de aire sahariano.

En la provincia se esperan máximas de 33-34º en las comarcas del interior. En la costa, el soplo de la brisa, suavizará las máximas (28-30º) pero la humedad intensificará la sensación de bochorno. Las mínimas por encima de 20º en el litoral (noches tropicales) durante todos estos días. El fin de semana será soleado y más suave.

Por otro lado, ni rastro de lluvias tras la primavera más seca de los últimos 150 años, que ha vuelto a encender todas las alarmas en la provincia de cara al abastecimiento de agua a partir del otoño, esta vez para consumo urbano, porque al cierre del trasvase Tajo-Segura se suma el que solo está garantizado el suministro hasta finales de octubre si no llueve sobre la cabecera del Tajo. La desaladoras no pueden suplir al cien por cien la falta del trasvase.