La polémica saltaba a primeros de esta semana. El encargado de un pub-discoteca de primera línea de la playa de Benidorm -a la sazón, conocido personaje televisivo por su participación en Gran Hermano- colgaba en las redes sociales un mensaje para anunciar un casting de camareras para los meses de julio y agosto. Las aspirantes debían ser guapas, con buen físico, simpáticas con la gente y solteras. «No queremos rollos ni novios enfermos celosos esperándolas a las 5 en la puerta para llevarlas a casa y mucho menos en la barra controlándola. De ser así, no trabajaría más y buscaríamos otra nueva».

La oferta también añadía como requisito ser responsable y tener mucha experiencia poniendo copas. Aunque esto último queda casi en una anécdota cuando una lee la advertencia final: «El que avisa no es traidor. Esas son las condiciones. Si a alguna no le gustan que no haga el casting ni nos haga perder el tiempo. Obligatorio trabajar con tacones o plataformas».

La oferta laboral, que el propietario de la discoteca ordenó retirar a las pocas horas, no sólo ha levantado todo tipo de críticas y rechazo social. También, aunque sin llegar a ese extremo en la redacción, refleja una situación de puro sexismo con la que se encuentran a diario muchas mujeres que se enfrentan a la búsqueda de un empleo en el sector de la hostelería de Benidorm u otros puntos de la provincia. Así lo afirman representantes de distintos colectivos femeninos consultados y así puede observarse en un rápido repaso a los principales portales de empleo que pueblan internet.

«Se precisan camareras con buena presencia para terraza de disco pub horario de tarde noche...»; «Se necesita camarera más de 2 años de experiencia e imprescindible buena presencia»; «Se buscan jóvenes camareras buena presencia, inglés, indispensable currículum con foto y fecha de nacimiento». Son sólo tres ejemplos. En todos hay un denominador común: «buena presencia», un requisito que muy rara vez se exige a los hombres. Para ellos se priman otros criterios que van mucho más allá de la mera apariencia física: «ser una persona responsable», «tener ganas de trabajar», disponer de «flexibilidad horaria» o «saber llevar la bandeja».

¿Qué debemos entender por tener «buena presencia»? Todo apunta a que no estamos hablando de acudir al trabajo aseado, bien peinado o vestido de manera correcta, requisitos obvios para cualquiera que busca un empleo. Más bien, lo que todos vienen a pedir con total sutileza es que las aspirantes tengan un físico acorde con los actuales parámetros de belleza. El responsable de un local de ocio nocturno de Benidorm, que a raíz de la polémica suscitada estos días no quiere dar su nombre, lo ratifica afirmando: «Cuanto más guapas son las camareras, más fácil es atraer a los clientes. Nos guste o no, así es y así ha sido siempre», agrega.

Lo mismo explicó días atrás Richard Romero, el dueño de Richard New Look, de donde partió el anuncio de la discordia. Para este veterano empresario de la noche benidormense tampoco es nuevo que un bar o cualquier otro tipo de establecimiento público quiera tener camareras «guapitas o que vayan bien vestidas. Pero, ojo, que pedimos lo mismo para los chicos, porque en gran medida vivimos de nuestra imagen», matiza. Ambas fuentes defienden también su preferencia por camareras solteras, afirmando haber visto en multitud de ocasiones «peleas por culpa de un novio celoso que ha visto que a su chica le dicen un piropo unos clientes o porque no le gusta que ella les hable de una determinada manera. Por eso preferimos que no tengan pareja».

Objetos de complemento

Todas estas explicaciones son reflejo de lo que la secretaria general de CC OO, Consuelo Navarro, califica como el «machismo imperante en nuestra sociedad», un sexismo que, según explica, «en una economía con tanta predominancia del sector de la hostelería y el turismo como la de nuestra provincia, se hace todavía más palpable que en otras zonas». Navarro lamenta que a las mujeres «se nos sigue tratando como un pedazo de carne, un objeto de complemento, sin atender a otras funciones como la destreza para servir copas, los conocimientos o la experiencia detrás de una barra».

Y, aunque los casos más sangrantes se dan en el sector de la noche, la responsable sindical mantiene que, en otro tipo de empleos y sectores, ser mujer también sigue siendo un hándicap para la trayectoria laboral «por ejemplo, si estás en edad de tener hijos». Por eso, desde CC OO reclaman no solo medidas que fomenten la igualdad de sexos que promulga la Constitución, sino además un cambio de leyes «para poder perseguir y sancionar prácticas discriminatorias y sexistas, como la de ese anuncio, que ahora quedan totalmente impunes».