Cinco municipios del interior de la Marina Baixa que suman algo más de 1.200 habitantes han levantado la voz hartos de ver cómo pasan los días sin que nadie ponga remedio al aislamiento que sufren desde el temporal de lluvias del pasado enero. Entonces, un desprendimiento de rocas y diversos daños en la calzada obligaron a cortar al tráfico la carretera CV-70, que enlaza Benidorm y Alcoy, entre los términos municipales de Benifato y Benimantell. Mes y medio después, los residentes en la Vall de Guadalest siguen padeciendo día a día las secuelas del cierre de esta carretera y ahora han iniciado una campaña de recogida de firmas para exigir a la Conselleria de Obras Públicas, que está reparando la calzada, pero «a ritmo muy lento», que agilice los trabajos para poder reabrirla en el menor plazo de tiempo posible.
La CV-70 es el principal nexo de comunicación de los residentes en Beniardá, Confrides, Benifato, Benimantell o el Castell de Guadalest con el resto de la Marina Baixa. Muchos de ellos se desplazan prácticamente a diario a municipios de mayor tamaño, como Benidorm, l'Alfàs, La Nucía o Altea para ir a trabajar. También los chavales de todos estos pueblos, que acuden a estudiar al instituto de La Nucía. Todos ellos, ahora, son víctimas directas de la situación, dado que la única ruta alternativa que les queda les obliga a desplazarse hasta Benifato, atravesar las estrechas callejuelas de su casco urbano y tomar caminos rurales, también estrechos y que no están preparados para asumir tal volumen de tráfico, hasta conectar de nuevo con la CV-70.
Problemas y peligrosidad
Entre los problemas que este hecho está generando, los afectados destacan varios. Por un lado, el autobús que cubre la ruta escolar hasta el IES de La Nucía ha quedado interrumpido desde Benimantell en adelante, lo que obliga a las familias de Confrides y l'Abdet, Beniardá y Benifato a tener que organizar viajes con coches privados para llevarlos y recogerlos de lunes a viernes. Lo mismo ocurre con muchos camiones y camionetas de reparto, que no caben por las angostas calles de Benifato, por lo que han dejado de servir pedidos, algunos tan necesarios como los productos de farmacia. Y, lo que es peor, tampoco podría acceder en el caso de que fuera necesaria una ambulancia medicalizada del Samu o un camión de Bomberos, tal y como exponen los propios afectados que indican que, de hecho, si se registrara un incendio, dependiendo del municipio en el que fuera, habría que recurrir a los Bomberos del parque de Alcoy porque los de la Marina Baixa no podrían llegar.
A todo ello se suma la peligrosidad de los caminos rurales que han de emplear los conductores, en los que, según indicaron diversas fuentes, ya se han registrado varios percances desde que la carretera quedó cortada. «Y tememos que la cosa vaya a peor porque la gente ha perdido el miedo de ir por caminos tan estrechos y nadie cumple con los límites de velocidad», aseguran.
Solución a corto plazo
Tanto el alcalde de Benifato, David Blanes (PP), como los ciudadanos que promueven la recogida de firmas han planteado a Obras Públicas una solución provisional a corto plazo mientras finaliza la reparación de la carretera. Ésta pasaría por abrir la circulación por uno de los dos carriles de la CV-70, regulando el tráfico en el tramo afectado mediante un semáforo. Los afectados creen que esta opción aliviaría en gran medida todo el tránsito que ahora está soportando el interior de Benifato así como los riesgos a los que se enfrentan los conductores a diario, por lo que reclaman que esta petición se tenga en cuenta, si no las 24 horas de los siete días de la semana, sí de noche y los sábados y domingos, cuando no hay obreros.
Este diario quiso conocer la versión de la Conselleria de Obras Públicas sobre la lentitud de las obras que denuncian los vecinos y la viabilidad de habilitar este carril, sin recibir ninguna respuesta.
