La polémica denuncia interpuesta el pasado martes a un hombre por parte de dos policías nacionales de Benidorm por el simple hecho de hablar valenciano -tal y como consta en la copia del acta que le entregaron al afectado- va a traer cola en la Comisaría local de este cuerpo. Por el momento, fuentes policiales confirmaron ayer que se ha decidido incoar una información reservada para investigar si la actuación de los dos agentes fue la correcta y esclarecer las circunstancias que rodearon estos hechos.

Las mismas fuentes dudaron de la versión aportada por E.R.T., el hombre contra el que se interpuso denuncia. Como ya relató días atrás este diario, el denunciado se topó con un control rutinario de la Policía Nacional en un camino secundario de Benidorm cuando iba a recoger a su hijo de 7 años al colegio. Según expuso, cuando se acercaron al vehículo de E.R.T., éste les contestó en valenciano. «A partir de ahí se produjo una situación incómoda, porque con malas maneras me dijeron que les hablara en castellano ya que no entendían el valenciano. Yo les dije que estaba en mi derecho de hablar mi lengua, que también es oficial, y su respuesta fue pedirme la documentación y cachearme con las manos apoyadas en el coche en presencia de todos los niños y padres», afirmó este hombre. También dijo haberse sentido «vejado, humillado y tratado como un delincuente» por parte de los dos policías que llevaron a cabo la actuación.

Frente a esa versión, fuentes policiales indicaron ayer que los agentes dieron el alto al vehículo de E.R.T. porque «detectaron que llevaba la pegatina de la ITV caducada». Según afirmaron, es habitual realizar este tipo de controles en caminos secundarios, que muchas veces son empleados por conductores que quieren evadir las vías principales para no ser captados por la Policía.

Sobre los hechos en sí, fuentes de este cuerpo también contradijeron la versión ofrecida por el denunciado, asegurando que, cuando los agentes le pidieron que se dirigiera a ellos en castellano, «les insultó, les dijo que eran unos prepotentes y unos chulos y que esto les iba a traer consecuencias», algo que, según aseguraron, los agentes hicieron constar en un informe posterior y «más ampliado». Por último, indicaron que el motivo de la denuncia se refiere al artículo 37.4 de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, también conocida como «ley Mordaza», que se refiere a la «falta de respeto y consideración a agentes de la autoridad» como una infracción leve, con multas de entre 100 y 600 euros.

Pese a esta versión, los policías no hicieron constar ninguno de estos extremos en la denuncia que le entregaron al afectado. En ella, tan sólo se limitaron a poner en el apartado de «hecho denunciado» lo siguiente: «Realizando un control en vía pública el arriba denunciado cuando los actuantes proceden a identificarlo se dirige hablando en Valenciano. En retiradas (sic) ocasiones se le dice que no hablamos valenciano y que se dirija a los actuantes en castellano a lo que se niega en retiradas (sic) ocasiones manifestando que realizamos un servicio de chulería».