Los feligreses de la parroquia de Altea están de enhorabuena. El altruismo de muchos de ellos, algo más de un centenar, está sirviendo para que muchas personas necesitadas de la localidad, del Tercer Mundo y de Cuba reciban una ayuda económica gracias a los fondos que desde el pasado día 8 hasta el próximo 5 de enero se obtendrán por la venta de los productos expuestos en el Rastro Solidario de la Parroquia. Está ubicado en el número 5 de la calle Mare Nostrum, situada entre la avenida Rei Jaume I y la calle Conde de Altea.

El «rastro» es una iniciativa ideada por el cura párroco de Altea, José Abellán, en colaboración con el grupo «Hilos de colores» formado por 21 mujeres del Taller de Costura Creativa Parroquial.

Con los fondos recaudados se realizarán tres proyectos solidarios: uno de Manos Unidas en el Tercer Mundo, otro a beneficio de los damnificados del huracán Matthew que tuvo lugar a finales de septiembre en la Diócesis de Guantánamo-Baracoa en Cuba con la que colabora el párroco Abellán, y el tercero para Cáritas Parroquial de Altea.

José Abellán explica que en agosto se creó el grupo «Hilos de colores» y en la primera reunión «pensamos que estaría muy bien abrir en estas fechas navideñas un rastro solidario para recaudar fondos y destinarlos a paliar las necesidades de Manos Unidas y Cáritas Parroquial de Altea. Después, se ampliaría la recaudación para paliar los destrozos en Cuba por el huracán Matthew y reconstruir una de las cuatro iglesias de la zona derrumbadas por el huracán».

Utilizando diversas técnicas como ganchillo, patchwork, bolillos, punto de cruz o bordados han elaborado una gran variedad de ropa para bebé, edredones, muñecas de trapo, cojines y manteles, entre otros productos. Además, también han colaborado altruistamente artistas locales realizando piezas de cerámica y pinturas; y otros vecinos han donado libros, figuras, peluches, discos antiguos de vinilo, cámaras fotográficas antiguas, máquinas de escribir y numerosos objetos de colección como una casa de muñecas o juguetes de latón.

En este rastro se han reunido más de un millar de objetos donde también hay flores ornamentadas, figuras de belenes, objetos de decoración, pequeños muebles e, incluso, repostería navideña que cocinan cada día las mujeres del grupo de confección. Todo con una finalidad: ayudar a los más necesitados.