La presión tributaria a la que estarán sometidas las empresas turísticas va a experimentar un notable incremento durante 2017. Así parece que lo auguran las diferentes propuestas que tanto el Gobierno central como el Consell están elaborando en sus leyes de presupuestos y normas de acompañamientos para 2017, donde se intentará incrementar la recaudación vía aumento de los tributos aplicables a las empresas.

Hosbec ha denunciado el impacto que la reforma del Impuesto de Sucesiones y Donaciones va a tener a partir del 1 de enero de 2017 para los procesos de sucesión empresarial que se realicen. A pesar de que los responsables públicos del Gobierno valenciano intentan extender la idea de que la reforma no supondrá ningún impacto de relevancia, lo cierto es que los supuestos prácticos reflejan que la contribución en impuestos por sucesión empresarial puede duplicar su cuantía o incluso ser tremendamente gravosos en caso de donaciones en vida de empresarios menores de 65 años que pretendan incorporar por esta vía a sus hijos o descendientes, según una nota hecha pública por Hosbec.

Esta reforma del impuesto de sucesiones y donaciones tiene una especial relevancia en el sector turístico por lo joven del propio sector y por su emblemático carácter de empresa familiar. Según la patroinal, «lo vemos más claro con un ejemplo: Donación de un padre a un hijo de su empresa (que no es una empresa de reducida dimensión) por valor de 10 millones de euros. Con el sistema actual, esta operación tendría un coste en impuestos de algo más de 21.000 euros. Con la reforma del ISD que entrará en vigor el 1 de enero, este coste se elevará hasta 117.000 euros si el donante es mayor de 65 años. Pero si se el donante es menor de esa edad, el coste en impuestos se puede disparar hasta los 3,5 millones».

Además, desde HOSBEC se asegura que «en el caso de una sucesión por fallecimiento, el ejemplo práctico nos demuestra que la cantidad a ingresar se duplica a partir de 2017. Si fallece un empresario con una empresa por valor de 30 millones de euros, esta sucesión tiene actualmente un coste fiscal de 106.000 euros mientras que a partir del 1 de enero, los impuestos a liquidar por esta misma sucesión serían de 212.000 euros".

La preocupación de HOSBEC se hace mayor al entender que las reformas de tipos impositivos no se quedan ahí. «Se anuncia ya también un incremento en el tipo máximo del IRPF en su tramo autonómico hasta el 25,5% (2 puntos más que ahora) que se aplicarán a partir de 120.000 euros y no 175.000 euros como hasta ahora. Y a las reformas autonómicas hay que sumar las que ya han entrado en vigor o que prepara el Ministerio de Hacienda para el impuesto de sociedades: En septiembre se aprobó una reforma que elevaba del 12% al 23% el tipo del pago fraccionado para las empresas que facturen más de 10 millones al año, como medida para compensar el déficit y que estará en vigor hasta 2018. Y ya se preparan nuevas reformas para 2017 que limitarán las deducciones y bonificaciones, así como la compensación de bases imponibles negativas».

IVA

Los hosteleros aseguran que, de momento, parece que el IVA no se va a modificar de nuevo y que el sector de alojamiento seguirá encuadrado en el tipo reducido del 10%, «aunque hay que recordar que ya subió del 7 al 10% en los últimos años. Pero no quiere decir que este sector esté exento de sus propios riesgos pues ya son varias las autonomías, incluida la valenciana, las que están 'cocinando' la tasa turística, que ni es tasa ni es turística, pues se trata de un impuesto que grava exclusivamente al alojamiento hotelero y al alojamiento reglado».

HOSBEC se ha posicionado en contra de una medida de este tipo por muchos motivos, entre ellos porque favorecerá al modelo de la economía sumergida del alojamiento en viviendas, frente al tipo de empresas regladas que son las que generan empleo y contribución a un sistema económico sostenible. El presidente de HOSBEC, Antonio Mayor, recordó que «bastante desiguales somos los valencianos frente a otros españoles respecto a la financiación autonómica, con una infrafinanciación histórica y una importante deficiencia en infraestructuras, como para además "apalearnos" nosotros mismos con otro impuesto que favorezca a nuestros competidores».

Mayor recordó que «el IVA del alojamiento ha subido 3 puntos en los últimos años y dicha subida no ha podido ser repercutida al mercado sino que se ha absorbido con cargo al propio margen empresarial». Además se refirió también a la «incumplida promesa de reformar y bajar el sistema de cotizaciones sociales para armonizar su estructura con la de los principales países europeos».

En opinión de Antonio Mayor «toda esta vorágine de incrementos restan competitividad a la empresa turística española, y en especial, a la de la Comunidad».