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La Vila Joiosa

Un hospital que hace aguas

El mal estado de las tuberías del centro de la Marina Baixa provoca continuas roturas y que el agua salga turbia en las habitaciones de los pacientes, aseos y zonas para el personal

Un hospital que hace aguas

Abrir el grifo y encontrarse con la desagradable sorpresa de que el agua salga casi de color marrón se ha convertido en un problema demasiado habitual para los enfermos y el personal de servicio del Hospital Comarcal de la Marina Baixa. La histórica falta de mantenimiento en la red de hidrantes de este hospital, unido a la antigüedad de la misma y a los procesos de hipercloración que se realizan de manera habitual para evitar infecciones por bacterias como la legionela, han provocado que el agua que llega a los usuarios salga en demasiadas ocasiones con un aspecto turbio, principalmente cuando se llevan a cabo estos tratamientos y en los primeros días de la semana, cuando algunas zonas, como las de consultas, han estado sin actividad el sábado y el domingo. Así lo han confirmado distintas fuentes sanitarias y lo ha podido comprobar este diario, a raíz de las quejas de pacientes que han sufrido los hechos en primera persona.

Pero éste no es el único problema que provoca la red. En los últimos meses, se han sucedido numerosos reventones en las tuberías que han obligado a clausurar temporalmente despachos de gerencia y áreas como las de Laboratorio, Oncología o Traumatología, con la consiguiente cancelación de consultas y perjuicio para los usuarios. La última de ellas se produjo la pasada semana en el servicio del Laboratorio, en el que se han sucedido tres roturas en la red en muy poco tiempo, según explicaron fuentes del sindicato Comisiones Obreras en el centro hospitalario.

El Hospital de la Marina Baixa se inauguró hace ahora 30 años y, en todo este tiempo, nunca se ha llevado a cabo una renovación de la red hídrica. «Y, además, no ha habido mantenimiento o ha sido muy escaso», explicó Juan Ramón Such, delegado de CC OO en La Vila, quien aseguró que de un tiempo a esta parte «todo son fugas, pero se dan pocas soluciones. Cuando hay un reventón, se cierra la zona y se paraliza la actividad, lo que hace que se alarguen aún más las listas de espera. Hasta ahora nunca ha pasado nada grave, pero ¿qué pasa si algún día ocurre una desgracia?».

Otras fuentes sanitarias relataron que los pacientes también se quejan por el mal aspecto del agua. Y, asimismo, que cuando sale sucia, «lo único que podemos hacer es dejarla correr o llamar a mantenimiento para que intenten solucionarlo, pero poco más». Esta situación también trae aparejados otros inconvenientes al personal a la hora de prestar el servicio. Por ejemplo, para lavarse las manos, una práctica que han de realizar con mucha frecuencia; o cuando hay que bañar a los bebés con pocos días de vida, entre otros.

Fuentes de la dirección del centro reconocieron semanas atrás ser conscientes del problema y lamentaron que ocurre con bastante frecuencia. Por ello, la gerente del departamento, Rosa Louis Cereceda, avanzó que el hospital propondrá a la Conselleria de Sanidad que incluya la renovación de toda la red de tuberías en el proyecto de ampliación que tiene previsto llevar a cabo en los próximos años.

Desde CC OO, sin embargo, dudaron de que esta sustitución de las cañerías se vaya a realizar antes de 2019. Por ello, aunque afirmaron que la gerente se está preocupando por el tema, criticaron la falta de interés por pare de la Conselleria en solucionar los problemas más urgentes del edificio. «Hemos tenido mucha paciencia, pero la consellera Carmen Montón no ha hecho nada en este hospital en año y medio. Y ya es hora de que actúe», lamentó Juan Ramón Such.

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