La iglesia de San Jaime y Santa Ana se llenó ayer por la tarde en la misa de despedida a la matrona Lores Almerich, fallecida el pasado 9 de noviembre a los 52 años de edad a causa de una enfermedad contra la que luchó durante muchos años.

Su familia, compañeros de profesión de la ciudad y de la comarca, pacientes, vecinos y amigos quisieron recordar la figura de esta querida facultativa que durante veinte años atendió a cientos de familias en el centro de salud de Tomás Ortuño.

Benidorm quiso rendir así su particular homenaje a Lores Almerich ya que sus restos descansan en su ciudad natal, la localidad valenciana de Real de Montroi.

Trayectoria

En la iglesia se podía ver a muchas personas de pie y un gran número de mamás con sus bebés que sin duda han sentido profundamente la pérdida de esta matrona que sentía devoción por su oficio, por las mujeres y por los bebés que vio crecer a lo largo de toda su carrera.

Además de su dedicación en la ayuda a las mujeres durante el embarazo, Lores Almerich puso en marcha diferentes actividades en el centro de salud donde trabajaba para mejorar la relación madre-hijo en las primeras semanas de vida de los bebés, como por ejemplo el taller de masajes para los pequeños o de lactancia materna, de la que fue firme defensora.

Durante la misa de ayer, la hermana y sobrina de Lores dedicaron unas palabras en la memoria de la matrona y agradecieron además a toda las personas allí presentes las múltiples muestras de cariño que se sucedieron en la ciudad tras la pérdida de la matrona.