La historia del oso pardo que vive encerrado en una jaula de pequeñas dimensiones dentro del remolque de un camión en una finca de Finestrat no es nueva para el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Así lo confirmaron ayer fuentes oficiales del Instituto Armado, que aseguraron que efectivos del Seprona han visitado el lugar en el que reside este animal, al menos, en un par de ocasiones y descartaron que las condiciones de vida en las que está puedan ser constitutivas de un supuesto delito de maltrato animal, como han denunciado varias agrupaciones animalistas, entre ellas la alteana Somos Gos y la federación provincial Fedanimal.

Como ya contó ayer este diario, ambas agrupaciones han presentado sendas denuncias en los cuarteles de Altea y de Alicante, en las que alertan de que las condiciones de vida de este oso son «pésimas». Entre otras cuestiones, exponen el reducido espacio de la jaula en la que está encerrado y el hecho de que la zona en la que se encuentra no está vallada y carece de otras medidas de seguridad para impedir que cualquier persona pueda acercarse al animal, con el consiguiente riesgo que esto podría provocar.

Sin embargo, la opinión trasladada ayer desde la Guardia Civil contrasta con la de los animalistas, al considerar que el propietario de este ejemplar «cumple de sobra» las normas para poder tener un oso en estas condiciones.

Según los datos aportados por estas fuentes, fue la propietaria de una finca colindante quien denunció por primera vez que muy próximo a su vivienda había un remolque con un oso en su interior. Tras esta primera denuncia, el Seprona envió hasta la zona a una unidad, que hizo un reconocimiento sobre el estado del mamífero y verificó que su propietario tiene toda la documentación en regla. En su informe, las mismas fuentes afirmaron ayer que estos agentes hicieron constar que el oso está «cuidado, lo sacan a pasear, está limpio, alimentado y no tiene ningún problema ni de higiene ni de salud», motivo por el cual consideraron que no había causa para adoptar ninguna medida adicional.

Tras esta primera inspección, a requerimiento de un miembro de la asociación Somos Gos, los agentes volvieron a personarse en el lugar, y confirmaron lo que ya habían apuntado en el primer informe. Por ello, desde el Instituto Armado consideraron que no hay fundamentos para la denuncia planteada.

Desde Somos Gos insistieron ayer que, a su juicio, el lugar en el que está el animal no reúne unas condiciones mínimas y ratificaron su voluntad de llevar los hechos ante la Fiscalía para que ésta actúe.