Encerrado en una jaula de menos de diez metros cuadrados, sin espacio para poderse mover, solo, sin agua corriente, expuesto a las condiciones meteorológicas y sin apenas cuidados de ningún tipo. Estas son las condiciones en las que vive un oso pardo «apresado» sobre el remolque de un camión en una finca ubicada en el término municipal de Finestrat. Tiene la mirada perdida y, cuando te cercas a contemplarlo, sus ojos sólo desprenden tristeza. Con las patas da golpes en el suelo de su particular cárcel, en la que no puede dar más que un par de pasos antes de toparse con los barrotes de hierro de la jaula en la que vive un día tras otro, desde no se sabe cuándo.

La asociación animalista Somos Gos de Altea y la Federación Provincial de Protección Animal de Alicante (Fedanimal) han denunciado ante la Guardia Civil las condiciones en las que se encuentra este mamífero para que investigue si se trata de un presunto caso de maltrato animal, un delito que para estos voluntarios «está claro que existe» y del que quieren liberar a este ejemplar. Así lo trasladan en la denuncia interpuesta ayer por una representante de Somos Gos en la Comandancia de la Guardia Civil de Altea tras visitar el espacio en el que vive este oso, del que solicitan que se haga cargo. A esta denuncia también se ha sumado otra presentada por Fedanimal en Alicante y de la que, además, también pretenden dar traslado hoy a la Fiscalía, como confirmaron ayer a este diario.

Sin vallado ni otra protección

El animal se encuentra en un paraje próximo a finca Fabiola, en un margen de la antigua carretera que enlaza Benidorm y Finestrat, la CV-758. Según hacen constar desde Somos Gos en su denuncia, el ejemplar sería una hembra que, además de las «pésimas condiciones, espacio reducido y con poca movilidad», se encuentra «sin medidas de seguridad donde puede acercarse cualquier persona, bien para realizarle daños, bien para soltarlo», con el consiguiente peligro que ello podría generar, tanto para el propio oso como para la gente que pudiera cruzarse en su camino.

Aunque no han podido aportar datos sobre el propietario del mamífero o de la finca en la que éste vive su encierro, los voluntarios de esta asociación trasladan a la Guardia Civil que, «posiblemente, el Seprona de esa localidad» pueda aportar datos. De hecho, el pasado lunes una voluntaria de esta agrupación se trasladó al lugar con miembros de este servicio de la Guardia Civil para mostrarles cómo estaba el oso. Asimismo, en su denuncia añaden tener constancia de que el «propietario del oso posee otro en término municipal de Villajoyosa», aunque desconocen el lugar exacto y las condiciones de vida de ese otro ejemplar, por lo que también han reclamado públicamente que se investigue si es así.

Diligencias desde hace un año

Según explicaron desde Somos Gos, hace un año el Servicio de Protección de la Guardia Civil ya abrió diligencias por la existencia de tres osos en un remolque en La Vila. Al parecer, tras estos hechos uno de los ejemplares, el macho, habría sido trasladado a Sevilla; una de las hembras a esta zona de Finestrat, donde supuestamente tendrían concedida la condición de «núcleo zoológico»; y la otra hembra permanecería en La Vila, todo según la información que han podido recabar los voluntarios de esta asociación animalista.

Los mismos sospechan que los animales fueron adquiridos en su momento a un circo y critican que esta operación pudiera realizarse sin ningún tipo de control, debido a que la ley prohíbe la compra-venta de este tipo de animales entre particulares.

Asimismo, la representante de esta asociación, con sede en Altea, cuestionó que el espacio en el que se encuentra encerrado este oso pueda tener la condición de «núcleo zoológico», para el que es necesario, entre otros, disponer de informes favorables del Seprona, el Ayuntamiento de la localidad y un veterinario de la zona. «En cualquier caso, tenga o no todos los papeles en regla, lo que está claro es que las condiciones en las que vive este animal son de puro maltrato», manifestó Mariola Terrez, la portavoz de Somos Gos, quien además puso en duda que el oso esté desparasitado; reciba visitas de un veterinario para poder controlarle el peso, la alimentación o su estado de salud; que tenga chip y otras obligaciones que la ley exige a los propietarios de animales, más tratándose de un oso de grandes dimensiones.