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Un antídoto contra el «Brexit»

El renacimiento de destinos competidores y la pérdida de poder adquisitivo del principal mercado extranjero, los grandes retos de la Costa Blanca

Un antídoto contra el «Brexit»

Como si se tratara de encontrar la vacuna contra un virus que amenaza con dejar en cama, antes o después, a la Costa Blanca. Una enfermedad llamada «Brexit» para la que, de momento, no hay cura. Tampoco se sabe mucho sobre ella ni sus efectos, lo que no es óbice para que el sector que maneja el gran motor económico de la provincia haya iniciado la búsqueda de un antídoto que les haga inmune a la bacteria con el fin de prolongar la buena salud de la que goza, a día de hoy, el mercado turístico alicantino. Y en eso andan ahora aquellos que han sido llamados a mejorar el sistema inmunológico de un territorio que disfruta de salud, sí, pero que sabe que no es inquebrantable.

Muchos son los desafíos a los que se enfrenta la Costa Blanca y muchas son las asignaturas pendientes que arrastra, prácticamente, desde el momento de su concepción. No obstante, la carencia de infraestructuras básicas para una provincia que recibe miles de visitantes cada año -tren de la costa, una red vial renovada o conexiones entre el aeropuerto Alicante-Elche y otros puntos clave como Benidorm- parece haber quedado relegada a un segundo plano ante una amenaza que, aunque velada, condiciona la inversión pública en materia de promoción turística.

La búsqueda del antídoto que fidelice al visitante británico pese a la previsible pérdida de poder adquisitivo a la que está abocado no es barata. El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, ha tenido que incrementar, hasta multiplicar por diez, los fondos que, de forma habitual, se vienen destinando desde el Consell a la promoción en Reino Unido.

Un segmento que siempre ha sido clave pero que, este año, se ha convertido en imprescindible. Su crecimiento ha permitido al sector turístico de la Costa Blanca cerrar el mejor verano de su historia e, incluso, en destinos como Benidorm, plaza turística por excelencia, se han convertido en el primer mercado, por encima del nacional. Algo inédito hasta la fecha.

Un gran logro cuya obtención no puede achacarse únicamente a méritos propios. La inestabilidad social y política que atraviesan destinos competidores en el segmento de sol y playa, como Túnez o Turquía, ha sido decisiva para propiciar estos excelentes resultados durante la temporada alta. Una tendencia que todavía se prolongará durante 2017, según los datos que manejan los grandes mayoristas, quienes en este momento ya han aumentado en un 12% las reservas procedentes de Reino Unido para la Costa Blanca con respecto a la misma fecha del año anterior.

Pero no es el corto plazo lo que preocupa al sector. Por ahora, el mercado británico responde. Lo que, a efectos prácticos, mantiene a la Costa Blanca entre los destinos más fuertes del Mediterráneo, con una elevada demanda que le evita tener que recurrir a ofertas y que ha permitido un aumento en la rentabilidad hotelera. Una posición ventajosa a la hora de iniciar contactos y establecer alianzas con los grandes touroperadores británicos. Un objetivo en el que se pondrán manos a la obra desde todo el colectivo turístico de la provincia.

El punto de partida será la World Travel Market de Londres, una de las ferias más importantes del año en este campo, que arranca mañana, a la que mayoristas y destinos acuden a buscar nuevas parejas o reencontrarse con viejos amores. Y es ahí donde el sector turístico mostrará sus grandes armas de seducción para formalizar relaciones y tener aliados en la búsqueda de la vacuna «antibrexit», cuya inyección será necesaria a partir de 2018.

Es en esa fecha cuando previsiblemente el resurgir de destinos competidores, que ya han comenzado a reajustar sus precios para recuperar la clientela perdida, sea una realidad. Una preocupación más para el sector a la que hay que añadir la caída del poder adquisitivo que a partir de 2018 causará estragos entre los británicos, según vaticinan los expertos. Dos grandes frentes que mantienen en vilo a empresarios y administraciones públicas de la Costa Blanca, quienes ven peligrar un liderazgo obtenido por sorpresa pero al que no están dispuestos a renunciar. Una batalla por el mercado emisor más importante para el Mediterráneo que arranca mañana en Londres a la que se han alistado el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y del secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer.

Puig y Colomer mantendrán el lunes reuniones de trabajo con diferentes operadores turísticos generalistas y especializados, con el fin de generar negocio y facilitar el contacto con profesionales británicos, además de reactivar la llegada de viajeros procedentes de este mercado, el principal emisor internacional para la Comunidad.

De ahí que desde la administración autonómica hasta las entidades locales, pasando por asociaciones empresariales y fundaciones del sector, estén dispuestos a hacer frente común para que el virus que se está incubando en Reino Unido no llegue a ser letal para una tierra que vive, en buena parte, de los miles y miles de turistas británicos que cada año desembarcan en la provincia, atraídos por muchas cosas, entre otras su bajo coste. Un reclamo que podría desaparecer si el valor de la libra se estanca -ya se ha desplomado cerca de un 20%- y se iguala al euro.

Se abre así un nuevo ciclo en la Costa Blanca en el que la importancia reside en armar y nutrir al máximo sus defensas y puntos fuertes para hacer frente a un virus que, por descontado, hará tambalear la época dorada que este año celebran al unísono todos los actores implicados en el juego del turismo.

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