La zona del Castillo de Benidorm, uno de los puntos más visitados del casco antiguo de la ciudad, ya es totalmente accesible para personas con movilidad reducida, después de que haber suprimido la última barrera arquitectónica que aún perduraba en este emblemático espacio.

El Consistorio ha sustituido la escalinata existente entre las plazas de Castelar y de La Señoría por una rampa, que ahora permitirá el paso de personas con movilidad reducida o con carritos de bebé por este punto, hasta ahora infranqueable. La adecuación de este itinerario peatonal es la última actuación de las previstas dentro del proyecto de mejora del Casco Antiguo, dotado de 47.900 euros, y está prácticamente acabada a falta de unos remates finales, tal y como aseguraron ayer desde el Consistorio, después de que el alcalde Toni Pérez, y el concejal de Obras, José Ramón González de Zárate, acudieran a supervisar la obra.