El concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Benidorm, Lorenzo Martínez, defendió ayer la seguridad de la macrofiesta que tuvo lugar entre la tarde del 8 y la madrugada del 9 de octubre en el Parque de L'Aigüera de Benidorm y que acabó con varias menores en coma etílico, una atendida por los sanitarios tras recibir un botellazo, peleas y robos, tal y como queda recogido en un informe policial. Martínez desmintió ayer algunos de los extremos recogidos por el mando policial en su informe y aseguró que el gobierno local autorizó la celebración del evento, en contra del criterio inicial de la Policía Local, cuando este cuerpo, la Policía Nacional y Protección Civil «determinaron que el evento podía celebrarse y que ellos se encargarían de la seguridad del mismo», tras lo cual «se informó a la Alcaldía de estos extremos».

Como contó ayer este diario, el informe realizado por el jefe de servicio de la Policía Local alertó de diversos incumplimientos por parte de la empresa en materia de seguridad. Entre ellos, la ausencia de los cuatro vigilantes de seguridad privados exigidos a la promotora para poder celebrar la macrofiesta o de un control de accesos con cuenteo automático, con el fin de saber en todo momento el número de asistentes que había dentro del recinto, donde llegaron a congregarse alrededor de 1.200 personas. La fiesta, denominada Holi Sound Festival, estaba dirigida a un público mayoritariamente de niños y adolescentes, lo que también corrobora dicho informe, en el que se da cuenta de que entre el 80 y el 90% del público era menor de edad.

Ante tales hechos, el concejal de Seguridad explicó que, tras ser informado de estas deficiencias por parte de la Policía Local antes de la apertura de puertas, el propio Martínez se personó en el auditorio para «valorar la situación», junto al técnico del área de Seguridad Ciudadana, miembros de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía, y la Jefatura de Protección Civil. Asimismo, agregó que, tras constatar la «presencia de cerca de 800 jóvenes en las inmediaciones» esperando para acceder al recinto, se decidió que la Policía Local y la Nacional se hicieran cargo de la seguridad y continuar adelante con el festival como «medida menos lesiva» y para «no causar altercados de orden público»: «Había más de 800 chavales esperando y a muchos los habían dejado allí sus padres y no volvían a recogerlos hasta más tarde. Así que pensamos que suspender el evento igual tenía peores consecuencias, al dejar a todos esos menores solos por ahí y sin custodia paterna».

Apertura de un expediente

Sobre las niñas de 14 y 15 años que requirieron de atención sanitaria antes de las diez de la noche por la ingesta de alcohol, Martínez dijo que los informes policiales no constatan que dentro del recinto se consumieran bebidas alcohólicas por parte de menores y aseguró los acompañantes de las dos menores atendidas «aseguraron que lo habían ingerido antes de acceder al evento». Sobre la que requirió atención médica por recibir un botellazo, el concejal manifestó que «en ningún caso se debió a una agresión, sino a un juego», a la vez que negó que dentro del recinto se produjeran peleas o robos, como sí recoge el informe del jefe de servicio de la Policía Local.

Por ello, avanzó que «desde la concejalía se va a solicitar la apertura de un expediente informativo para aclarar este preciso extremo».